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@SuarezRMarca | Sergio Llull debutó en el Real Madrid de la mano de Joan Plaza hace casi una década. Por aquel tiempo, el Unicaja sumó su última victoria como visitante en la cancha blanca. Casi diez años después, en otro playoff, Llull mordió la mano que un día le dio su gran oportunidad. Él solito se zampó al Unicaja con un último cuarto bestial, donde no sólo metió canastas sino que las convirtió de manera inverosímil, lo que duele más.
El efecto o factor Llull es una clara amenaza para los intereses verdes, que no quieren llegar al Carpena con la soga al cuello. Y aunque Plaza dijera aquello de que mal harían en enfocar su defensa en el MVP porque dejarían libres a otros, la realidad es que algo debe preparar el técnico catalán para minimizar su importancia. Sin Llull en la ecuación del partido, seguramente el resultado hubiera sido muy distinto.
Pero la victoria no sólo la puede decidir el internacional español. Incluso con el partidazo que se marcó, en el Unicaja fallaron varias cosas. La principal, que Nedovic no puede estar sólo para sumar puntos. El castigo a Fogg no se entiende a pesar de su pésima actuación en cuartos de final. Y canastas sencillas bajo tablero no pueden errarse, como tampoco perder la batalla por el rebote.
Asignaturas pendientes que deben resolver los malagueños en el encuentro que esta noche, a partir de las 20.30 horas, jugarán ante el Real Madrid. Un triunfo blanco pondría un 2-0 difícil de remontar. Un 1-1 haría soñar con cerrar incluso la eliminatoria en el Martín Carpena.
Sergio Llull intenta una canasta ante la intimidación de Eyenga || ACBPhoto/V.Carretero