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@Carloshernando_ | No hay mal que por bien no venga. Así reza el dicho popular y en el césped de La Rosaleda se volvió a cumplir. La desgracia de Renato Santos en el calentamiento ante el Tenerife (se retiró por unas molestias en su cuádriceps derecho) fue compensada con el partidazo que firmó Ontiveros en la primera parte ante los insulares.
El marbellí apenas pudo ejercitarse con sus compañeros unos minutos antes de marcharse a los vestuarios y recibir rápidamente las instrucciones de Muñiz, que se tradujeron en sacrificio atrás, un requisito que cumplió a las mil maravillas incluso con una tarjeta, y desparpajo y descaro arriba, dos elementos de los que Ontiveros va totalmente sobrado.
Se veía venir que iba a ser su partido y así también debió pensarlo Blanco Leschuk. El argentino es consciente de la calidad y de la precisión del malagueño y su sociedad volvió a cotizar alto en la bolsa de Segunda División. El extremo recibió en tres cuartos en campo rival y aprovechó el miedo y el temor de los rivales para firmar un pase de auténtico lujo al sudamericano, que definió con su zurda para abrir el marcador.
La dupla hispano argentina ya se lució ante el Alcorcón y también en La Rosaleda y parece que lo seguirán haciendo y seguir regalando victorias a una afición que cuenta sus partidos de esta forma. Que siga la fiesta en La Rosaleda y también lejos de ella.