Compartir esta publicación
@JuanjeFernandez || Con paciencia, trabajo, una prórroga y una pequeña dosis de suerte. Así venció Unicaja a un guerrero Fuenlabrada que casi da la sorpresa en el Carpena. Los triples de Salin y el juego interior de Lessort bastaron para resolver un partido que por momento enfadó y mucho a la parroquia malagueña. Eyenga fue el jugador más destacado de los de Cuspinera que tendrán que seguir remando para conseguir la permanencia. Unicaja deja casi sentenciado su pase para los playoffs y apurará sus opciones para ser cuarto.
El partido arrancó con un intercambio de canastas que divirtió al escaso publico que se dio cita en el Carpena debido al mal horario intersemanal y al poco interés que está levantando el conjunto de Los Guindos en este tramo del curso. Jaime Fernández, Shermadini y Roberts se animaban por parte de los de Casimiro y respondían para los visitantes Kravtsov por partida doble y el excajista Eyenga. El equipo de Cuspinera metió la directa con Cruz y Rowland como abanderados y consiguió una pequeña renta de cinco puntos justo en el ecuador del primera cuarto. Unicaja se desactivó y necesitó casi dos minutos para poder contestar. Alberto Díaz, desde la zona de 6.75, rompió la mala racha y permitió que los malagueños hicieran un parcial de 9-2 que dio la vuelta al electrónico. Mantuvo el ritmo el Unicaja que se marchó ganando 23-20 al final de los primeros diez minutos.
El segundo cuarto empezó de nuevo con intercambio de golpes entre ambos conjuntos. Fuenlabrada empezaba acertado desde la línea de triples con dos aciertos de Popovic y Bellas. Alberto Díaz respondía también de tres para los costasoleños que se apoyaban en el juego interior de Wiltjer para seguir con la pugna en el marcador. Después de un inicio efectivo por parte de los dos equipos el encuentro perdió acierto e intensidad. Unicaja no se sentía cómodo en ningún momento mientras que Fuenlabrada lo intentaba pero no le bastaba para despegarse en el marcador. Roberts anotaba de tres y rápidamente contestaba Popovic. Fuenlabrada se marchaba cuatro arriba al descanso. (37-41)
Unicaja empezó con ganas tras la reanudación. Milosavjlevic y Shermadini, con cuatro puntos gracias a un mate y dos tiros libres, pusieron por delante al Unicaja. El marcador era una balanza que iba hacia arriba y abajo dejando de nuevo a los madrileños por delante con las canastas de Kravtsov y O´Leary. Unicaja seguía sin encontrar su sitio en el partido pero pese a ello no se distanciaba demasiado en el electrónico. Fuenlabrada anotaba con facilidad un mate que hacia explotar a los aficionados en la grada y obligaba a pedir un tiempo muerto a desesperado Casimiro. El tiempo de reflexión sentó bien al Unicaja que antes de finalizar el tercer cuarto supo ponerse de nuevo a la altura de su rival con varias acciones buenas culminadas en un triple de Salin, que cumplía su partido 150 en ACB. Con empate a 57 se llegaba al último cuarto.
Lessort cogía las manijas del ataque del cuadro de Los Guindos en los primeros compases del último acto. El ataque de los dos equipos comenzó estancarse y eso favoreció a Unicaja que tenía más calidad en el juego exterior. Salin volvió a anotar de tres para dar cuatro de ventaja a los malagueños, cuatro puntos, la máxima del partido. A pesar del impulso moral, los fallos seguían a la orden del día en el equipo local. Popovic conseguía un dos más uno y junto a un tiro libre de Eyenga volvía a empatar el partido. Cada canasta costaba sangre, sudor y lágrimas en la partida de ajedrez en la que se convirtió el choque en su minuto final. Los sesenta segundos finales fueron un despropósito para los dos equipos y el encuentro se marchó a la prórroga con empate 73.
Cruz abrió la lata con una penetración a canasta que fue contestada de nuevo por un triple de Salin. La defensa cajista hacia aguas en la pintura y los de Cuspinera lo aprovechaban siempre que podían. Salin volvía a tirar del carro casi como única resistencia a la victoria fuenlabreña. Lessort era su único complice. Un dos más uno del francés colocó por delante de nuevo a los de Casimiro. La línea de tiros libres y un fallo grave de Rowland en ataque acabaron dando el triunfo a los malagueños que aún así no dejaron muy contentos a su parroquia tras el 89-84 final.