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@SuarezRMarca | De la misma manera que los niños escriben cartas e incluso emails a los Reyes Magos y a Papá Noel, en el Málaga también sueñan con regalos en forma de jugadores que añadan más calidad a la plantilla y reactiven un entorno tocado por los últimos resultados obtenidos a domicilio.
La Dirección Deportiva lleva varios meses peinando el mercado a la espera de encontrar algún mirlo blanco que entre dentro de las pretensiones económicas y deportivas de la entidad. Ahí, a pesar de que Muñiz ha recalcado públicamente que está contento con lo que tiene, la realidad dicta que el entrenador está deseando contar con, al menos, un par de refuerzos más: un delantero centro y un centrocampista.
La posición de 9 sólo está cubierta por Blanco Leschuk, siendo Koné y Harper dos buenos complementos para el argentino. Sin embargo, Héctor Hernández ha demostrado estar muy lejos del rendimiento de Blanco, así como no ser ese ariete puro que apriete en la lucha por la titularidad a Gustavo. En cuanto al medio campo, la lesión de Adrián y las ausencias internacionales de N'Diaye -sobre todo preocupa la de final de temporada- han demostrado que no hay relevos de suficiente entidad para ellos. Lacen está para momentos puntuales, mientras que Boulahroud sigue siendo una incógnita a la que aún no ven preparado para esa responsabilidad.
El problema, como siempre, está en el dinero. El traspaso de Recio permitió aumentar el tope salarial, pero la contratación de Lombán y el capricho de Al Thani con el desconocido Takioullah -por el que el Málaga pagó 280.000 euros- han reducido esa cantidad hasta poco más de 300.000 euros. Habrá que ver si da para conseguir la cesión de dos futbolistas, teniendo en cuenta que sólo habría que asumir, en teoría, el salario de una mitad de temporada. También existe la opción de dar de baja a algún jugador, como el caso de Haksabanovic, al que el West Ham quiere ver jugando y no en la grada, como ha ocurrido habitualmente.