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@Danielnz97 || Víctor llegó durante el tramo final de la temporada pasada para cambiar el ánimo de un equipo que aún soñaba con el ascenso directo y cuya plaza para los playoffs empezaba a alejarse dada la dinámica con Muñiz. El madrileño giró radicalmente la situación y los blanquiazules volvieron a ganar tanto en su estreno en Santo Domingo (1-4) como en la mayoría de los encuentros venideros.
Pero fue en los partidos de mayor dificultad donde el técnico no encontró la fórmula. El Mallorca, pese a haber sido muy inferior, logró rascar los tres puntos de Martiricos, el Cádiz sacó un empate y el Deportivo de la Coruña, de la mano de Martí, superó al Málaga tanto en la ida como en la vuelta para alcanzar la ronda final de la promoción. Pese a la notable mejoría (balance hasta entonces de cinco triunfos, un empate y tres derrotas), Víctor no logró el objetivo del ascenso. Sin embargo, y con todo, decidió seguir.
A solo unos días de que se confirmara el sentimiento de "decepción" y "engaño", Del Amo, al borde de que su equipo cometiese alineación indebida en su estreno, logró la proeza de sacar una victoria de la visita a El Sardinero. Mejoró así sus registros desde que llegase a Málaga y se apuntó el sexto triunfo como técnico blanquiazul. Pero ese memorable 0-1 del pasado 17 de agosto es el último resultado positivo del Málaga. Y han pasado casi dos meses.
A partir de ahí, una dinámica repetitiva, constante y, a su vez, francamente preocupante. Con los empates (cinco en diez jornadas) y las derrotas como norma general de forma intermitente. Desde la primera en Girona (1-0) hasta la última en El Alcoraz (2-0), el balance de Víctor Sánchez del Amo se ha invertido y, por primera vez desde su llegada, cuenta ya con más derrotas (siete) que victorias y empates (seis en ambos casos).