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@JuanjeFernandez || Los verdaderos ganadores de la jornada de ayer fueron los aficionados y amantes al fútbol. No fue por el espectáculo visto sobre el césped de La Rosaleda donde el fútbol tal y cómo lo conocemos brilló por su ausencia. Un partido aburrido destinado al cero a cero que un detalle resolvió a favor del Granada. Lo mejor del partido no estuvo en el verde sino en la grada donde ambas aficiones dieron una lección de civismo y cordialidad justo en una semana en la que se ha hablado mucho de la violencia entre aficiones después de lo ocurrido en la previa del partido entre River y Boca.
Más de 1.000 aficionados granadinistas se desplazaron para apoyar a su equipo a Málaga. Una legión de rojo y blanco que invadió incluso desde el viernes las calles del centro de la capital de la Costa del Sol. Ni un solo accidente, ni un solo insulto. El Granada se dedicó a animar a sus jugadores durante los 90 minutos y luego incluso tuvo tiempo de alentar al Málaga y a los suyos. La respuesta de La Rosaleda no se quedó atrás.
Ante el Granada el Málaga consiguió su récord de la temporada de aforo. 22.988 espectadores que demostraron que el partido no era de segunda aunque así lo marque el calendario. La grada no estuvo tan animada como en otras ocasiones y el gol de Montoro dejó algo tocados a los blanquiazules que no pudieron reaccionar como contra el Albacete. En definitiva, lección de amor al fútbol y hermandad de dos ciudades antaño enemigas y ahora familia.