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@JuanjeFernandez || La temporada del Oviedo es el claro ejemplo de la irregularidad. El equipo de Anquela, al que muchos quisieron como candidato al banquillo del Málaga este pasado verano, solo ha conseguido ganar dos partidos consecutivos en las dieciocho jornadas que se llevan disputadas en la competición. Un problema que viene arrastrando desde finales del pasado curso y que han colocado a uno de los candidatos del ascenso en la zona media de la tabla de la que no consigue salir como si en arenas movedizas estuviera. Dos chispazos de luz, uno en el partido del año ante el Sporting y otro ante el Reus, justo cuando los catalanes pasaban por su peor momento.
Es en casa donde el Oviedo había conseguido una especie de fortín. Los asturianos estuvieron sin perder en el Carlos Tartiere durante tres meses, concretamente desde el 8 de septiembre cuando cayeron goleados ante el Zaragoza hasta el 8 de diciembre. El último partido en casa para los de Anquela fue una pesadilla para los suyos que acabó en derrota contra el Almería. Es por eso que el Málaga viaja al Tartiere sin tener muy claro qué versión del Oviedo tendrá en frente.
Cuatro victorias, tres empates y dos derrotas son las cifras que maneja en casa el próximo rival de los blanquiazules. Ibra Balde, Joselu y Saúl Berjón, todos jugadores de Primera división, son los futbolistas más peligrosos que tiene el Oviedo con tres goles cada uno. Después de dos derrotas consecutivas el partido ante el Málaga está marcado como un punto de inflexión antes de las vacaciones para un Oviedo llamado a estar en posiciones mucho más altas.