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Una vez más, el presidente Abdullah Bin Nasser Al Thani toma una decisión equivocada. El cese de Carlos López es un error garrafal e incomprensible. Cada vez está más solo y en cada movimiento que hace se pone de manifiesto que ni las Siete Plagas de Egipto habrían sido más perjudiciales para el Málaga CF que la llegada de este personaje a la entidad de Martiricos.
Ni es el momento ni es acertado despedir a la persona con más información confidencial de las andanzas del jeque y, especialmente, de sus retoños, a los que ha tenido que sacar de infinidad de problemas que estos generan por donde van pasando. Tampoco es lógico hacerlo a poco menos de tres días para que el Málaga CF viaje a Villarreal. No tiene el club un delegado con su experiencia y tampoco con su peso en el vestuario. Encima, el entrenador y su cuadro técnico tienen nula experiencia en la categoría y no sería ni complicado que quien le supla meta la pata en este desplazamiento.
Si no te agrada Carlos López porque como otros muchos te ha dicho las verdades del barquero y ha puesto a tus hijos en su sitio en más de una ocasión, no haberle dado poderes oficiosos este verano y, de paso, haberle cesado entonces para no crear un cisma en plena temporada en el vestuario.
No se va un simple delegado. Se despide a un hombre que ha controlado, alejado de los focos, todo el club en la sombra durante muchos años. Incluso cuando fue destituido como jefe de seguridad por su mala relación con Vicente Casado el jeque no permitió que fuese despedido y quiso que fuesen sus ojos en el club. Este verano le elevó a las alturas tras dejar de confiar en Pedro González Segura y su equipo por lo de siempre, no dejarles a él y sus hijos expoliar la entidad malaguista aunque sea de forma legal. Durante meses, Carlos López hizo lo indecible por lavar la imagen del jeque absolutamente deteriorada en todos los ámbitos. Ahora se suma a la lista de los desvaríos y traiciones de Al Thani a todas aquellas personas que, pese a ayudarle a que él solito no hunda el club, son arrojadas como una colilla al cenicero de la ignominia de este señor.
La lista es ya tan amplía que da miedo pensar quién puede ser el profesional no reputado que quiera entrar en la entidad blanquiazul para tratar de que este barco no acabe yendo a pique. O lo que es peor, que el jeque y sus hijos, sin cualificación ninguna, se queden al mando de la nave blanquiazul en solitario.
Otra vez incertidumbre, descapitalización del club -ahí están las cuentas- y el Málaga CF en el foco de LA LIGA y las instituciones, todos rezando ya porque la justicia dé la razón a BlueBay y le quiten la gestión de la entidad de Martiricos. Puede no ser la mejor solución pero desde luego es la menos dañina a estas alturas. Fuera Carlos López ya solo quedan Joaquín Jofre y Roberto Cano. A este paso no va a quedar ni el apuntador. El cronista de la ciudad para dar fe de la desaparición del club sí que aparecerá luego si la Justicia o alguien no pone coto a los desmanes del jeque y de su familia.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.