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@JuanjeFernandez || Que la Segunda división del fútbol español es muy dura no es ninguna noticia. Temporada tras temporada 22 equipos pelean con máxima igualdad en la categoría de plata. Una Liga que no entiende de nombres, historia, estadios o presupuestos y que cada curso deja más sorpresas que certezas al final de sus 42 duras y largas jornadas. En principio, los favoritos al ascenso suelen salir de los equipos recién descendidos de Primera junto a aquellos que se quedaron a las puertas de promocionar quedando eliminados en los play-offs. Pero esto es solo una suposición tal y como enseña la clasificación en esta jornada 5 que acaba de finalizar.
Se le podría llamar el síndrome de los “play-off”, una condición que con pequeñas excepciones se repite curso tras curso. Aquellos equipos que se quedaron un paso del ascenso suelen tener un comienzo de temporada muy irregular el curso siguiente. Este año les ha tocado a Dépor, Málaga y Albacete. Los gallegos son los únicos que han cambiado de entrenador. La llegada de Anquela no ha podido frenar esta sintomatología y los coruñeses han llegado a pisar el descenso a 2ªB treinta años después en este arranque de competición. Una victoria; en la primera jornada, ante el actual colista y pidiendo la hora, es el balance de un Deportivo que tiene el objetivo del ascenso en esta 2019-2020.
El Málaga se mueve también esos números. Los de Víctor Sánchez del Amo, que repite en el banquillo, solo tienen un punto más que los gallegos estando situados en la decimosexta posición con cinco. Una victoria, también en la primera fecha de LaLiga SmartBank, y para de contar. El caso de los malacitanos es algo más normal teniendo en cuenta el verano que han pasado por La Rosaleda. El objetivo de los blanquiazules no está definido, pero la realidad es que los boquerones tienen 10 puntos menos de los que tenían el curso pasado en esta misma jornada cuando hicieron pleno de la mano de Juan Ramón López Muñiz.
El Albacete de Ramis, otro que repite en el cargo, es el mejor de los tres pero sus números también son pobres. Los manchegos vienen de encajar cuatro goles ante el Tenerife en casa y el propio director general ha tenido que salir en los medios a intentar poner algo de calma en el seno de otro de los finalistas por el ascenso la pasada campaña. Seis puntos de quince posibles y un decimoquinto puesto que se encuentra bastante lejos del cuarto que firmaron la temporada anterior siendo una de las revelaciones de la división de plata.
No es una casualidad. En temporadas anteriores este síndrome se ha repetido constantemente. El curso pasado, el 2018-2019, Zaragoza y Sporting estaban ya a ocho puntos de la cabeza mientras que el Numancia, que había llegado a la final del ascenso contra el Valladolid, estaba en tierra de nadie con más derrotas que victorias por esta misma fecha. En la campaña 2017-2018 fueron Tenerife y Huesca los afectados. Los aragoneses acabaron consiguiendo el ascenso pero su comienzo de temporada les situaba más cerca del descenso que del ascenso. En la 2016-2017 fueron Girona y Nástic los más afectados llegando el equipo de Tarragona a ser el colista después de cinco partidos disputados. Una maldición que no siempre tiene final infeliz, pero que desde luego demuestra lo difícil que es predecir en LaLiga más igualada del mundo.