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@CesarRadioMARCA | Un solo gol es lo que necesita el Málaga para hacer historia en la Copa del Rey. Un tanto que no fue capaz de conseguir ante el Athletic en la ida porque, entre otras cosas, no tiró ni una sola vez a portería. Pocos encuentros de tanta trascendencia podrá disfrutar Herrerín como el disputado en La Rosaleda. Pero, al menos, queda la vuelta para enmendar este pequeño bajón tras la nula capacidad ofensiva de los blanquiazules.
Y es que la ilusión de la Copa del Rey, de alcanzar las semis, se enfrió un tanto después de ver apenas media entrada en las gradas. Si interesa de verdad el torneo del KO, no se notó demasiado en La Rosaleda, salvo en los prolegómenos con 400 personas recibiendo el autocar del equipo.
Ese ambiente desangelado en el estadio lo notó sobre todo el equipo local que durante los primeros 45 minutos apenas se acercó a los dominios del meta vasco, Herrerín. Más bien fue al contrario, pues el Athletic, sin hacer un fútbol excesivamente superior, sí que forzó a Ochoa con un disparo lejano pero extraordinariamente colocado de Ibai Gómez. Los de Valverde presionaron muy bien la salida de balón de los blanquiazules, forzando en demasía el juego directo. Amrabat estuvo muy bien controlado por Laporte, Gurpegui y por el colegiado, que no le pasó ni una.
El panorama no cambió nada en la segunda mitad ni con la entrada de nuevos jugadores. Estuvo más cerca el conjunto rojiblanco con un Williams muy activo, pero que erró siempre en la decisión final, con un Weligton muy fino atrás en su reaparición. En el Málaga, Amrabat lo intentó una y otra vez, pero no tuvo demasiada colaboración de sus compañeros de ataque. Urge que los Samueles, Juanmi y Horta se pongan las pilas porque los de Gracia necesitan un gol para pasar a semifinales. Y, al menos, habrá que tirar alguna vez a portería.