CAMACHO PONE SU CABEZA AL SERVICIO DEL MÁLAGA

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Camacho

@CesarRadioMARCA | Si a Camacho le hubiesen dicho al comienzo de la temporada que acabaría siendo el máximo goleador del Málaga a estas alturas del campeonato y el jugador franquicia del equipo, es posible que se lo hubiera tomado a cachondeo. Porque Camacho empezó siendo suplente y fue `apaleado` sin venir a cuento por Schuster, quien minimizó los éxitos del zaragozano en el pasado año.

 

Pero si algo tiene el medio centro es que trabaja como el que más. Y eso, normalmente, termina dando sus frutos. Su cabeza ya dio los tres puntos en Balaídos ante el Celta. Y su cabeza, con otros dos goles, inició el camino para vencer al Granada y dejar encarrilada la permanencia.

 

Y es que al Málaga no se le puede pedir que elabore el fútbol como antaño. Pero sí que aproveche a balón parado las oportunidades que se le presenten. No está Duda para ponerlas, pero hay otros como Pablo Pérez o Darder que la tocan de maravilla. Y luego rematadores como el propio Camacho para marcar dos goles y forzar un penalty que daría el tercero. Casi como si fuera un hat trick. Si no le han dado el balón del partido, poco ha faltado.

 

Con el `6` en estado de gracia, muy fácil lo tuvo el Málaga desde el principio. El Granada se encerró desde el comienzo atrás para buscar la velocidad de sus puntas, pero pronto se le torcieron las cosas con la lesión de Riki, al que suplió un lento Piti. Los de Schuster dominaban cómodamente y, sin crear excesivo peligro, se encontró con el primer tanto de Camacho. Tras sacar en corto un córner.

 

Lejos de reaccionar, los de Alcaraz siguieron jugando a lo mismo. De vez en cuando, además, regalaban balones como el que se encontró Roque Santa Cruz tras una recuperación de balón. Se precipitó el paraguayo al rematar desde fuera cuando tenía otras opciones. Mas fue el preámbulo de lo que iba a pasar. La presión malacitana daba sus frutos y en otro saque de esquina, Pérez la puso al corazón del área donde volvió a aparecer Camacho y su testa para batir a Roberto. Dos llegadas en el área, dos remates, dos goles.

 

El partido parecía sentenciado visto lo poco que ofrecía el Granada. Pero Teixeira Vitienes, malo como su hermano, se inventó un penalty de Angeleri a El Arabi. El argentino ni fue amonestado, por cierto. Y como suele pasar con las injusticias, el balón no entró porque apareció el increíble Willy Caballero para dejar las cosas como estaban.

 

Tras el descanso, Alcaraz quitó al inoperante Fatau por Buonanotte. Pero el argentino no es, ni por asomo, el que un día provocó la pelea de los grandes de Europa y por el que el Málaga pagó 4`5 millones de euros. Intentó adelantar un poco las líneas el cuadro rojiblanco pero eso dejó más espacios para correr. No hubo que esperar demasiado, apenas cinco minutos de la reanudación, cuando a Camacho lo agarró Murillo dentro del área hasta derribarlo. El imán en su cabeza le hubiese dado el hat trick, pero ese tercer tannto se encargó de ejecutarlo Amrabat, a pesar de la insistencia de Santa Cruz para tirar el penalty.

 

Fue el momento entonces, con 3-0 en el marcador, para que la afición, las aficiones, se lo pasasen en grande. Gritos contra Sevilla, y a favor de la permanencia del Granada, olas que vienen y que van… colorido espectacular el vivido en el derby de la Andalucía oriental.

 

El encuentor estaba decidido pero aún habría otros dos tantos más. Juanmi, que ya marcó ante el Betis, demostró que tiene duende y que se merece más minutos de los que le dan. Dribó a Roberto y a puerta vacía, en el 74, anotó el cuarto. Tres minutos después, en un fallo en el saque de Willy, sí, han leído bien, un error de Willy, El Arabi no perdonó y marcó el gol de la honra. De poco le sirvió a su equipo pues además de perder, también dejó ir el average.

 

Al final, un triunfo merecido del Málaga, que se dio un baño de multitudes, y que por fin pudo dedicar una victoria a su sufrida afición. Pero lo más importante, que suma ya 38 puntos y la permanencia está prácticamente conseguida. Algo más tendrá que sufrir el Granada, que se queda con 34.