DIFÍCIL DE DIGERIR

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El vestuario ha quedado tocado tras la derrota // LFP

@JuanjeFernandez || El malaguismo vivió ayer una pesadilla de la que muchos todavía no han despertado. La derrota ante Osasuna deja al equipo de Juan Ramón López Muñiz muy lejos del que ha sido desde agosto primer objetivo de cuadro de Martiricos. El ascenso directo se complica cuando la meta de la maratón que es la Segunda División ya se empieza a otear en el horizonte. Un mes de marzo al que el técnico asturiano siempre hizo referencia durante la primera vuelta y que ahora refleja con números la realidad de un equipo que ha perdido en casa gran parte de las opciones que tenía de hacer soñar a los suyos.

 

La fotografía de ayer era la de un equipo que se marchó de La Rosaleda muy tocado. Hubo algunas lagrimas de impotencia, gestos serios, jugadores muy cabizbajos mientras entraban a la ducha y una sola voz de enfado por el partido que se había escapado tras una primera parte que asombró a propios y extraños. Muñiz no tuvo muchas palabras con ellos y prefirió dejarlo todo para el entrenamiento de hoy a las 11h00 en el Ciudad de Málaga en la que será una de las charlas más complicadas del preparador asturiano en lo que va de temporada.

 

Queda ahora ver cómo reacciona un equipo al que jugar en casa no le ha sentado demasiado bien. Las Palmas, Depor y Osasuna han conseguido pescar puntos de un estadio donde en los primeros meses de competición se antojaba casi imposible siquiera marcar un gol. En el entorno de Martiricos creen que puede ser hasta positivo el hecho de que el equipo tenga que jugar ahora dos partidos consecutivos lejos de la Costa del Sol ante Numancia y Nástic. Una prueba de fuego para calibrar los daños de la derrota ante los navarros.