@Pedromartinper | El alimento más importante de todo delantero. La vitamina que nutre a los `9´ y que los mantiene hambrientos. El gol. Todos los puntas, de cumplir con tantos, resuelven con nota cada una de las temporadas. Pero siempre existe una excepción, y este ha sido el caso del Málaga CF. Su ariete, el tiburón Blanco Leschuk, no brilla, precisamente, por su acierto de cara a puerta, es más, si se midiese solo dicha condición, las críticas hacia el argentino serían continuas.
Pero su rol, diferente al de la mayoría, lo realiza a las mil maravillas. Con ocho goles tan solo en su haber, Gustavo ha modificado su papel y función dentro del terreno de juego. No anota, o si lo hace es a cuenta gotas, pero asiste como el que más. Hasta el momento, ocho asistencias, siendo así el jugador blanquiazul que más pases de gol regala a sus compañeros, ayudando al equipo en este sentido, donde anda escaso de futbolistas que filtren ese último pase.
Además de asistencias y goles, la aportación al juego por parte de Blanco es fundamental. Su capacidad innata en el aire –es el jugador de Segunda que más duelos aéreos gana- más su trabajo excelso de espalda a portería, facilitan y desahogan a jugadores como Ontiveros y Renato, los más beneficiados de las virtudes del argentino. Aunque se le exige más aportación goleadora, hasta el momento la temporada de Leschuk con el Málaga es digna de elogio.