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El corazón no entiende de pausas ni contextos. En una noche vibrante, España escribió una nueva página dorada en su historia futbolística al clasificarse por primera vez para una final de la Eurocopa femenina. Lo hizo tras vencer por 1-0 a Alemania en un duelo de alta tensión que se resolvió en la prórroga gracias a un gol de Aitana Bonmatí en el minuto 113.
Desde el arranque, la Selección intentó llevar la batuta del encuentro. Sin embargo, se mostró imprecisa, algo predecible y con poco dinamismo en los metros finales. Alemania respondió con un planteamiento sólido, reforzando el centro del campo con una línea de cinco que bloqueó el juego interior español y buscó hacer daño a la contra. La primera ocasión clara llegó tras un error de Patri Guijarro, que permitió una acción de Bühl, aunque su disparo se marchó cruzado.
La Roja no inquietó a la portera germana hasta el minuto 20, cuando Esther remató un centro lateral de Olga Carmona, pero sin la potencia suficiente. Poco después, las de Montse Tomé comenzaron a encontrar su ritmo. Paredes rozó el gol de cabeza tras una jugada a balón parado y, justo antes del descanso, un gran pase largo de Guijarro fue controlado de forma magistral por Esther, cuyo disparo fue detenido por Berger. Pina también tuvo una clara ocasión justo después.
La segunda parte comenzó con susto. Las alemanas, empujadas por su afición, salieron más decididas, aprovechando las imprecisiones de una España algo dormida. El peligro teutón obligó a reaccionar y fueron las laterales, Olga y Ona, las que impulsaron al equipo. Batlle generó dos buenas ocasiones y Aitana empezó a aparecer con más frecuencia, aunque sin encontrar el premio del gol.
El desgaste se notaba y la tensión crecía. Montse Tomé dio entrada a Salma Paralluelo como falsa ‘9’, buscando frescura y velocidad. Alemania, sin generar demasiado, volvió a rozar el gol en acciones puntuales, con Cata Coll salvadora en varias ocasiones. En los minutos finales del tiempo reglamentario, España rondó el tanto con dos cabezazos de Salma, mientras que Alemania rozó el gol en una falta directa que rozó la red lateral.
Ya en la prórroga, el miedo a encajar se impuso. Las fuerzas flaqueaban y ambos equipos priorizaron el orden defensivo. Pero entonces, en el minuto 113, apareció Aitana. Tras intentarlo una y otra vez durante todo el encuentro, la Balón de Oro recibió el balón, conectó un zapatazo con el alma y desató la locura. El balón se coló en la portería de Berger y toda España contuvo la respiración antes de estallar de alegría.
Una victoria histórica, un gol inolvidable y un equipo que sigue haciendo soñar a todo un país. España jugará por primera vez la final de una Eurocopa. Y lo hará con el corazón encendido.