@JuanjeFernandez || La dureza de Segunda se puede vivir y sentir de muchas maneras. Los partidos extremadamente igualados en cada jornada, lo apretado de la clasificación, lo complicado para puntuar fuera… todos son buenos motivos para medir una Segunda División que bien podría ser llamada Primera B. Este fin de semana la agresividad de la categoría ha quedado bien señalada con la destitución de hasta tres entrenadores en un mismo fin de semana. Manolo Jiménez en Las Palmas, Baraja en el Gijón y Sandoval en el Córdoba. Tres equipos con objetivos distintos pero con un comienzo de Liga nefasto para sus intereses.
El técnico sevillano del equipo amarillo fue destituido después de su cuarto empate consecutivo que le aleja a 8 puntos de la cabeza. Las Palmas ganaba al Granada hasta el minuto 86 pero finalmente acabó cediendo dos puntos que pudieron ser hasta derrota si el conjunto nazarí no falla un penalti. Su sustituto en el banquillo canario será Paco Herrera, último entrenador que consiguió el ascenso a primera con el cuadro isleño.
En Gijón el gol de Carmona ante el Málaga de la pasada jornada retraso una semana lo que era inevitable. La derrota de los rojiblanco en el derbi se cobró la cabeza del ‘Pipo’. Un rival directo por el ascenso a principios de curso que de momento solo ha deambulado por la zona media baja de la tabla desde que comenzó la campaña.
Y por último el caso de Sandoval. El entrenador ha pasado de ser el héroe de la permanencia de la pasada temporada a ser el villano de la actual mala planificación. El conjunto cordobés está predestinado a luchar hasta el último día debido a la plantilla cogida con alfileres que se formó en verano teniendo que dar salida gratuita a jugadores como Kieszek o Edu Ramos.