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@JuanjeFernandez || El Málaga CF vive su semana de entrenamientos más dura. El técnico navarro habrá realizado nueve sesiones de entrenamiento cuando finalice la semana preparatoria con la jornada del sábado. El entrenador malaguista disfruta cada día de trabajo y ya desliza a sus ayudantes que empieza a notar una mejoría física y táctica del equipo. El equipo de Martiricos finalizó la gira por Sudamérica con problemas de pizarra que traían dolores de cabeza al navarro.
Javi Gracia sabe perfectamente hasta donde pueden llegar sus jugadores. Con mes y medio de pretemporada, el preparador blanquiazul ya es un perfecto conocedor de los defectos y virtudes de su plantilla. Es por eso, que el entrenador malaguista se siente satisfecho con el momento físico que han alcanzado la mayoría de sus jugadores, solo preocupa Tighadouini y los lesionados que aún no han llegado al momento óptimo. El equipo de Martiricos fue de menos a más en la gira por Alemania y Sudamérica. Los partidos ante Karlshurer, Friburgo y Deportivo Cali dejaron mucho que desear en ese apartado, algo totalmente lógico por estas fechas. Ante San Lorenzo y Peñarol el equipo aumentó su capacidad de resistencia y recuperación, algo que ya se certificó en los dos últimos amistosos disputados en tierras malagueñas.
Tras las catorce horas de trabajo que los blanquiazules realizarán esta semana, Gracia quedará mucho más tranquilo. El navarro prepara con intensidad el primer partido ante el Sevilla y el apartado táctico se ha convertido en una obsesión para el entrenador malaguista. A estas horas, el técnico sigue dándole vueltas al esquema que utilizará ante el equipo de Unai Emery. El lateral izquierdo es el claro ejemplo de las dudas que aún maneja Gracia con respecto a esa primera cita. Los dos candidatos son Miguel Torres y Juan Carlos, el ex del Getafe es tácticamente superior, pero Gracia valora la salida de balón que tiene el talentoso zurdo recién fichado. Son los temas que Javi Gracia repasa una y otra vez en su pequeño despacho, donde pasa muchas de las horas de su jornada laboral.
El navarro quiere tenerlo todo atado // Jennifer Lozano