@JuanjeFernandez || Muñiz ya no es entrenador del Málaga y la culpa la tienen los resultados. Unos números que han acabado condenando al técnico asturiano en su tercera etapa en La Rosaleda. Los principales pecados de Muñiz han sido el escaso feeling con la hinchada desde prácticamente la primera curva del curso, la falta de gol junto a los malos resultados en casa y su empecinamiento con Seleznov en las últimas jornadas. El preparador malaguista dice adiós con más sombras que luces en su cuenta.
Falta de feeling con la grada
La afición malaguista dictó sentencia hace semanas. Los malos resultados del equipo y el juego extremadamente defensivo han dejado sin argumentos para defenderse al entrenador. La grada, que ya chocó con el asturiano incluso cuando este consiguió sus objetivos, pidió su cabeza en el estadio después de semanas pidiéndola en redes sociales. La sensación era de una ruptura inevitable desde hace semanas. Una historia que venía desde 2006 y que ha resultado ser definitiva pese a la ilusión que generó su llegada en el mes de junio.
Sin gol desde el principio
El Málaga ha marcado 34 goles en 34 partidos. Unas cifras muy tristes para un equipo que aspiraba y aspira a estar la próxima campaña en Primera. La falta de gol fue un handicap tempranero en el cuadro malaguista que ganó por la mínima seis de sus primeras siete victorias. La sequía de Blanco Leschuk y la falta de organización y calidad en el centro del campo han roto la cuerda por el lado del entrenador. Ni siquiera en el Alcorcón tuvo Muñiz cifras tan negativas en el ataque. La falta goles era compensada por una defensa que en las últimas semanas también ha hecho aguas.
La Rosaleda, un laberinto
La mala racha global ha tenido su foco en casa. El asturiano no ha conseguido que su equipo gané en La Rosaleda desde el pasado mes de enero en el que venció al Lugo remontando. Seis partidos seguidos sin ganar y el 0-3 del Reus en la fatídica noche de Reyes han sido demasiado lastre para un equipo que de haber sumado alguna victoria más en lo que fue un fortín estaría entre los dos primeros. El fortín se convirtió en laberinto.
El fichaje de Seleznov
El Málaga necesitaba gol y firmó a Seleznov en invierno. El fichaje fue una recomendación de Muñiz que lo conocía de su etapa en Ucrania. Lejos de solucionar los problemas en ataque estos se acrecentaron con el bajo rendimiento del punta, llegó con sobrepeso, y la lesión de Koné. El empecinamiento de Muñiz en ponerlo acabó cabreando mucho más a la afición malaguista hasta el punto de casi reírse del delantero durante algunos de los momentos en los que estuvo sobre el césped.
