@JuanjeFernandez || El Málaga de Muñiz está sufriendo una metamorfosis negativa donde los que eran puntos fuertes se están convirtiendo en handicaps que juegan en contra del entrenador y sus jugadores. El equipo que fue capaz de mantenerse entre los seis primeros desde el mes de agosto basó todo en una línea maestra que parecía funcionar con tres pilares muy claros. La capacidad defensiva para no encajar, un físico envidiable que permitía al equipo llegar fuerte al final de los partidos y una actitud en casa que puso imposible a los rivales puntuar en La Rosaleda hasta el mes de diciembre. Ahora todo eso parece haber desaparecido o estar en contra.
En el plano defensivo el Málaga encaja goles con normalidad y lo que es peor, casi todos los equipos le hacen bastantes ocasiones. Los ejemplos son palmarios para el equipo malacitano y las comparaciones odiosas. El Málaga que fue capaz de encajar 2 goles en siete jornadas ha encajado ahora seis goles en los últimos seis partidos. Un bajón en el plano defensivo que ha convertido a Munir en candidato al MVP en casi todos los últimos encuentros.
El apartado físico es otro puntos donde el equipo no está consiguiendo dar el do de pecho. El Málaga de Muñiz se caracterizaba por una fuerte presión arriba que aturdía a los rivales y conseguía que el Málaga, sin tener el balón demasiado, pudiese jugar en campo rival. Los últimos choques ante Granada y Sporting han evidenciado que a este Málaga le falta algo para poder poner la quinta marcha. Contra los asturianos el equipo llegó partido a los minutos finales mientras que en Los Cármenes se pudo comprobar la incapacidad del Málaga para superar a un robusto contrario.
Por último está La Rosaleda. El Málaga ha pasado de ganar siete partidos seguidos en casa a solo ganar uno de los últimos siete. Es probablemente el punto fuerte que más se haya vuelto en contra de los malaguistas que no ganan en casa desde el pasado mes de enero. Una mala noticia teniendo en cuenta que el siguen duelo por el ascenso se jugará en casa.