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El estadio Antonio Lorenzo Cuevas ha sido testigo de un Marbella que latió por su afición en un partido donde el equipo costasoleño demostró un soberbio dominio ante el C.D. Marino. La primera parte comenzaba agitada, con el cariño y las ganas de la afición marbellí ante el primer encuentro jugado en casa. Rafa Tresaco marcó el primer gol en el minuto 11; hasta entonces y a pesar de un juego consistente por parte del equipo canario, el Marbella comenzaba a mostrarse superior en cuanto a posesión. Una desafortunada acción en el área marbellí acabo en penalti para el equipo rival, que Ahmed acabó convirtiendo en el gol del empate.
La primera parte transcurrió con síntomas parecidos al partido disputado la semana pasada contra el Algeciras, sin que el Marbella terminara de materializar las llegadas a portería. Un paradón de Santomé en el minuto 49 inquietó a los aficionados, que se volcaron para animar a los locales. Fue en esta segunda parte cuando el partido se volvió trepidante: un obús desde fuera del área de Edu Ramos en el minuto 63 convirtió el Antonio Lorenzo Cuevas en un coliseo que retumbaba con cada ataque. Lejos de relajarse, el Marbella ejecutó su dominio en cada jugada. El CD Marino siguió jugando sus bazas, intentando despejar y cortar balones, incluso insinuando alguna situación de peligro, pero la actuación del equipo de José Manuel Aira rayó la perfección.
En el minuto 74 Callejón aprovechó el pase de Álex Bernal para marcar el tercer gol del partido, y cuando el encuentro tocaba a su fin, Carlos Blanco anotaba la que parecía la sentencia. No obstante, apenas pasó un minuto cuando en el minuto 94 Manel volvió a marcar para deleite de la afición Marbellí. En líneas generales, un partido digno del mejor fútbol de la categoría, donde el Marbella soñó y jugó en grande demostrando calidad en todos los ámbitos de juego, y materializando dicha calidad en un 5- 1 que le da a la afición la confianza que esta necesitaba tras varios partidos disputados sin ver puerta.