@JuanjeFernandez || Más allá de los problemas que el Málaga muestra en la parcela extradeportiva del club, sobre el césped la situación del equipo de Martiricos no es mucho mejor. Míchel no encuentra la tecla que haga jugar a su equipo tras dos meses entre pretemporada y partidos oficiales. El Málaga, como bien dijo su entrenador en sala de prensa tras la derrota en Montilivi, no sabe atacar y tampoco tiene muy claro cómo defender. El técnico malaguista mostró su preocupación durante el partido y posteriormente ante los medios. “No podemos admitir el juego del equipo en la primera media hora del partido”.
Sorprende todo después de que el preparador boquerón cambiase el esquema del equipo tras la primera derrota ante el Eibar. Míchel volvió a la defensa de cuatro, con Adrián de mediapunta y con Mula como único extremo natural en el once. Deshacía sus pasos en el trofeo Carranza y buscaba soluciones ofensivas a la poca mordiente mostrada por su equipo en la primera jornada en La Rosaleda. El cambió no sentó bien al Málaga que se pasó la primera parte persiguiendo sombras por el estadio gerundense. Míchel miraba al banquillo en el descanso y las soluciones le parecía pocas y claras.
El preparador de los costasoleños repitió uno por uno los movimientos que ya realizó ante los tolosarras el pasado lunes. Jony, Ontiveros y En-Nesyri en el mismo orden que entraron al campo en la jornada 1. Los sustituidos variaron de nombre pero no de posición. Diego González ayer fue Rosales, Recio fue Kuzmanovic y Juanpi fue Juanpi. El venezolano no ha empezado bien la que se supone que debe ser su temporada tras el infortunio con el pubis de la campaña anterior.
Los cambios mejoraron al Málaga, pero la realidad es que era difícil empeorar la primera parte del equipo. El Málaga bajó la mayoría de sus números. Menos aproximaciones al área, menos disparos a puerta, misma posesión de balón pero más lejos del campo rival. Un paso atrás por el que Míchel tendrá que trabajar mucho en el parón por las selecciones que se avecina esta semana.