@JuanjeFernandez || El Málaga CF vive sin duda su peor momento del curso. El cuadro de Martiricos se ha adentrado en una crisis en la que ninguna de sus figuras más destacadas goza de la confianza de una grada que ayer al finalizar el partido clamó contra todo y contra todos. Muñiz, por lo ocurrido sobre el césped; Caminero, por sus nefastos fichajes de invierno, y Al-Thani, por su mala gestión, han provocado que el proyecto blanquiazul se aleje mucho del objetivo inicial y haya iniciado una caída cuesta abajo y sin frenos.
Con Muñiz la paciencia se ha agotado. El extremo juego defensivo del equipo y los malos resultados en casa en 2019 han terminado por romper una relación entre entrenador y grada que nunca llegó a ser sana. La afición malaguista llevaba semanas afilando cuchillos y las dos derrotas consecutivas ante Granada y Extremadura han sido las gotas que han colmado un vaso que lleva llenándose desde 2006 cuando el asturiano aterrizó por primera vez en La Rosaleda. La confianza de la afición en el asturiano es casi nula y eso se pudo palpar ayer mismo cuando finalizó el partido.
Caminero se libró ayer de los cánticos de la grada pero su planificación invernal ha generado también muchas dudas. El Málaga terminó el encuentro ante el Extremadura sin ninguno de los cinco fichajes de invierno sobre el césped. Si bien Alejo no lo estaba por sanción, el rendimiento del extremo vallisoletano no ha estado a la altura en estos dos primeros meses. Desde la presidencia también miran con recelo a la dirección deportiva, que tendrá un duro examen en la elección del nuevo técnico si finalmente Muñiz abandona el club entre hoy y mañana.
El presidente malaguista también se llevó repaso en el día de ayer. Casi nadie confía en la capacidad de gestionar la entidad desde el punto de vista deportivo y mucho menos en el plano económico. El presidente se pasó toda la noche conversando por twitter con los aficionados con mensajes que lejos de tranquilizar a la afición ponen más hincapié en las excéntricas maneras de presidir que tiene el máximo accionista del club. Un desastre de organización por parte de todos que amenaza con dejar al Málaga otro año en Segunda.