¡VIVA LA FERIA DEL MÁLAGA EN LUGO!

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N`Diaye

@SuarezRMarca | Será un infierno la Segunda división, pero hay quien sobrevive en ella y se gana el cielo de Primera. Los que creen serán los que se salven. Y no, no es un sermón religioso sino futbolístico. Porque aquel que en la categoría de plata se sacrifique, luche hasta la extenuación y demuestre pundonor, tendrá todos los honores del vencedor. En el Anxo Carro, ese fue el Málaga, que remontó un partido que perdía en el 85 y que ganó en el 89. 

 

Muñiz es un seguro de vida. Es, de lejos, el mejor fichaje que ha podido realizar el Málaga este verano. Su experiencia en estas lides es un tesoro, aunque hay que recordar que no se gana con la trayectoria anterior sino con el camino que seas capaz de trazar en la actualidad. Por eso, cuando la idea inicial no sale como uno espera, no hay que tener miedo de cambiarla. Y no le tembló el pulso al asturiano en dejar a Ontiveros en el vestuario tras su grosero error. 

 

Un fallo imperdonable en un jugador que parecía redimido y que demostró buenas maneras en pretemporada. Pero ha sido comenzar la temporada oficial y no sólo desaparecer su regate sino que las diabluras las hizo contra sus compañeros. La pérdida de balón que costó a los 6 minutos el tanto de Cristian es para hacérselo mirar. Hicham, que fue el revulsivo deseado, está que se sube por las paredes de la titularidad. Y Haksabanovic se quedó en Málaga para mejorar su condición física. Lo tiene difícil Ontiveros como no despierte. 

 

Mientras tanto, sus compañeros tuvieron que remar contracorriente durante todo el encuentro sin dar con la clave para frenar a un Lugo que no hizo nada especial. Es eso, precisamente, lo que se caracteriza en Segunda. Si tienes un disparo y lo aprovechas, no arriesgues nada. Y casi nada más hicieron los gallegos salvo aprovechar alguna pérdida más de balón en defensa del rival que Juan Muñiz no pudo culminar. Bien Munir en esa ocasión, como en las pocas más que tuvo que intervenir. 

 

Hubo que esperar a los últimos diez minutos para ver algo de acción positiva del Málaga. Con Juankar y Blanco Leschuk aportando poco desde el banquillo, fue Hicham el que rompió la lanza para dar la razón a Muñiz. Suyo fue el centro desde línea de fondo que se tragó la defensa rojiblanca y que permitió a Juankar, que casi se cae al controlar, marcar el empate. Era el 85 de partido y fue un jarro de agua fría para los locales. 

 

Apenas tres minutos después, Luis Hernández, tras un rechace que le cayó en banda izquierda, puso una rosca espectacular para un no menos sensacional giro de cabeza de N'Diaye. Juan Carlos se estiró pero no pudo evitar el golazo del senegalés y el júbilo del malaguismo entero que vio cómo los suyos remontaban un encuentro casi perdido. 

 

El sufrimiento aún durará 41 jornadas más, pero el inicio, con sus pros y sus contras, ha otorgado tres puntos importantes al Málaga. Que sean muchos más.