
HOGAR, DULCE HOGAR
Compartir esta publicación
@SuarezRMARCA || Asturias, patria querida. Bien podría entonar esta popular canción Juan Ramón López Muñiz para expresar el orgullo que siente por la tierra que le vio nacer hace cincuenta años y una semana. Gijonés de nacimiento, sportinguista desde los 8 años, el actual técnico del Málaga regresa el domingo a El Molinón, escenario donde se formó como persona y como deportista, donde aprendió los valores que lleva más de una década intentando inculcar a sus jugadores en los distintos clubes donde ha ejercido como entrenador.
Producto de la cantera de Mareo, aún se recuerda aquel inexpugnable tándem central de principios de los 90 que formó durante tres temporadas con Abelardo hasta que el Pitu se marchó al Barcelona. Muñiz se quedó un par de años más rodeado de otros yogurines como Juanele, Manjarín, Ablanedo o Luis Sierra, entre otros. Eran, desde luego, tiempos distintos para un Real Sporting que disfrutaba de una camada de canteranos que, mezclados con veteranos comoJoaquín, Ablanedo I o Tati, hacía las delicias de la 'mareona'.
Pero esos sentimientos deberá guardarlos Muñiz este domingo cuando se reencuentre con su Sporting. La obligación manda y el Málaga no se puede permitir el lujo de seguir dejándose a domicilio todo lo que ha ganado como local, que es mucho. La racha lejos de La Rosaleda ya no se puede esconder en el escudo del liderato, en poder del Granada tras lo sucedido en El Sadar en la última jornada. Han pasado más de dos meses desde que los blanquiazules consiguieran la victoria en Almería. Derrotas ante Las Palmas, Elche y Osasuna, y un empate ante el Deportivo, es el pobre bagaje que han firmado desde aquel 3 de septiembre.
Para encontrar la última vez que Muñiz se sentó en el banquillo de El Molinón hay que remontarse a la temporada 09/10, un 3 de enero en el que Sporting -con el recordado Manolo Preciado como técnico- y Málaga empataron a 2. De aquel partido, el único que repetirá, además del entrenador blanquiazul, es Roberto Canella.
