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@Pedromartinper | El partido entre el Málaga CF y el Reus del 6 de enero todavía no está resuelto. Lo que un día parece casi seguro que se disputará, al día siguiente cambia toda la vertiente y que los catalanes salten al césped de La Rosaleda pasa a ser una incógnita. El encuentro entre ambos lo podríamos comparar con el juego de equilibrio Slackline –la cuerda tensa-, que consiste en mantener de pie en una cuerda sin caer al suelo.
La jornada 20 para estos dos clubes es una incertidumbre de si mantiene el equilibrio y se juega, o de si cae al suelo y, por lo tanto, no se enfrentan. En la pasada tarde de sábado, el consejero delegado y máximo accionista de la SAD del CF Reus, Joan Oliver, rompió su silencio y habló de los problemas que están atravesando los ganxets, como la marcha de cinco de sus jugadores, entre ellos Villanueva. “Estas marchas, que a nuestro entender no procedían por motivos técnicos, lo que provocan es agravar una situación de crisis que llevamos arrastrando desde final de la temporada pasada y hace más complicado seguir trabajando en los dos objetivos inmediatos”, aseguró Oliver.
En cuanto al futuro inmediato del partido, el consejero delegado del Reus, dio un mensaje tranquilizador para la salud del club catalán y, en consecuencia, para la viabilidad del encuentro: “A diferencia de hace 20 días, cuando había riesgo de muerte inminente porque o pagábamos o desaparecíamos, ahora la continuidad está garantizada y permite tener esperanzas”. Con estas palabras, donde afirma que está “garantizada” la continuidad del Reus, el partido en La Rosaleda no corre peligro.