
LA MALDICIÓN DE BLANCO A DOMICILIO
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@Pedromartinper || Por naturaleza, los tiburones blancos solo se mueven en aguas cálidas o templadas, allí donde el calor de los océanos aclimata a la perfección a la familia de peces Lamnidae. Por ello, cuando estos vertebrados salen de su hábitat, las posibilidades de sobrevivir se reducen al máximo. Algo similar, pero en forma de una mala racha sin marcar, es lo que le está pasando a otro tiburón blanco, aunque este sea de carne y hueso.
Gustavo Blanco Leschuk no sabe todavía lo que es anotar lejos de casa en esta temporada, y eso que ha tenido oportunidades clarísimas para hacerlo. Ante el Sporting, y por doble oportunidad, pudo poner fin a la maldición que lo acompaña cada vez que abandona su hábitat, en este caso, La Rosaleda, pero el póster de El Molinón le privó de quitarse dicha lacra. En primer lugar, y desde la pena máxima, Leschuk envió al palo su disparo, aunque por suerte, en el rechace fue Juanpi el que marcó para adelantar al Málaga. Minutos después, y con empate a uno en el marcador, el argentino conectó un cabezazo espectacular a centro de Iván Rodríguez, pero, de nuevo, el destino del balón fue el mismo póster que en la acción del penalti. Así, y con seis goles en su haber, el `9´ blanquiazul sigue en sequía a domicilio. Un déficit que los de Muñiz lo han notado a base de puntos.
