Compartir esta publicación
@SuarezRMarca | Ver tan cerca la playa, tocar la arena casi con los dedos de la mano y que la ola te vuelva a arrastrar hacia dentro en el último momento te resta fuerzas, te desanima y te lo hace todo mucho más complicado. Pero los grandes se miden por las veces que se levantan, no por las que se caen. Este martes, el Unicaja tiene una nueva oportunidad de demostrar que están hechos de otra pasta, que son capaces de centrar toda su energía en volver a derrotar al Valencia Basket en su propia cancha.
No es tarea fácil, desde luego. Pero tampoco lo era en el primer encuentro y sin embargo lo consiguieron gracias a un excelso Milosavljevic. Esta noche seguro que necesita más, no sólo del serbio sino de otros jugadores que tienen que dar un paso adelante si no quieren irse tan pronto de vacaciones y seguir los pasos del Baskonia, Joventut y Manresa. Pudieron sellar la eliminatoria y estar preparando ya el debut del jueves en semifinales ante el Real Madrid. Pero los de Casimiro no supieron jugar los momentos decisivos ni frenar a San Emeterio. Casi él solito devolvió la ronda a Valencia. Habrá que frenarle a él, pero también a Dubljevic y Tobey en la zona, o a Vives y su pick&roll en el perímetro.
También los taronja tendrán que vigilar de cerca el perímetro cajista. Porque a poco que los malagueños tengan un poco más de acierto que en el choque del domingo en el Carpena, la dificultad para ellos será extrema.
A partir de las nueve de la noche, el ser o no ser se juega en la Fuente de San Luis en el duelo más equilibrado de los cuartos de final de los playoffs de la liga ACB.