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@Pedromartinper || Si algo había dejado claro el Málaga en los diez partidos de pretemporada es que la defensa era el arma más fuertes de los pupilos de Juan Ramón López Muñiz. Un técnico que ha incidido en el aspecto defensivo como base para ganar los encuentros. Y es que, de los amistosos veraniegos, los boquerones han mantenido la portería a cero en siete ocasiones. Extremadura, Marbella, Valladolid, Antequera, Mallorca, Córdoba y Granada fueron los clubes incapaces de derribar el muro malacitano.
Sin embargo, ayer el muro defensivo se empezó a resquebrajar en apenas cinco minutos de juego. Ontiveros cometió un error imperdornable al intentar regatear en el borde del área propia y que terminó costando el primer gol en contra de La Liga 1|2|3. A partir de entonces, un mar de dudas. El Lugo le empezó a ver carencias defensivas irreconocibles en verano. La falta de comunicación y de entendimiento entre Pau Torres y Luis Hernández facilitaron la vida a Christian Herrera, que fue un quebradero de cabeza para ambos centrales.
El ex del Villarreal, que realizó en general un buen partido en su debut oficial con la elástica blanquiazul, tuvo un fallo en el despeje que a punto estuvo de costarle al Málaga el 2-0 y, por tanto, el mazazo definitivo, pero el destino le tenía preparado a los andaluces un final feliz. Munir, a pesar de no haber intervenido en casi todo el partido, sacó una dura mano abajo que permitió soñar a los de Muñiz. Precisamente, a la hora de despejar en la propia área también tuvo problemas Alfred N`Diaye, pero logró alejar el esférico y el peligro del Lugo. Más allá de ciertos fallos defensivos, la línea de cuatro –faltan aún jugadores para reforzar esta parcela- estuvo correcta y sin conceder ocasiones a los locales, pero las dudas que ha dejado el equipo, las debe resolver cuanto antes. La próxima piedra en el camino y que servirá para mejorar la consolidación del muro será el viernes contra el Alcorcón en La Rosaleda.