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Ni una sola victoria en lo que va de temporada. 540 minutos sin hacer un gol ni al arco iris. Revolución con hasta seis caras nuevas en el once inicial que Javi Gracia colocó en el Santiago Bernabeu. Ningún orden en el centro del campo a la hora de crear fútbol para generar ocasiones de gol. Duda, dejándose el alma pero sin efectividad. Ricardo Horta, más cerca de otro bluf de los fichajes de Casado y Husillos que de lo que se esperaba de él cuando llegó al equipo.
Manel Casanova y Ruano, casi exigiendo la cesión de Pablo Fornals la temporada pasada, quiero pensar que con la malsana intención de perjudicar a Salva Ballesta. Cuánto le debe este Málaga CF a nuestro Salva. Sólo en millones por traspasos de futbolistas que él ha recuperado para el primer equipo es una barbaridad. Pero a Husillos y a Vicente Casado les faltó tiempo para no renovarlo cuando, tras devaluarle el equipo, no logró el ascenso a Segunda División B. Y así podría seguir casi para escribir un libro. Eso sin añadir los sueldos que tienen algunos, como Manolo Novo, y cuyas cantidades económicas estarían puestas mucho mejor sobre el terreno de juego y no en los despachos.
Pero, pese a todo ello, el Málaga CF de Javi Gracia, que ya estuvo a punto de empatar en el Camp Nou, hizo la gesta de hacerlo en el coliseo madridista. Las caras nuevas funcionaron a la perfección. Es de estudio el alto rendimiento que ofrece Miguel Torres ante los llamados grandes de la Liga y la poca continuidad que tiene en el resto de la temporada. Y qué decir de Pablo Fornals, que llevaba tanto tiempo pegando a la puerta que al final ha conseguido derribarla, debutando con inteligencia y saber estar en el primer equipo. O de Amrabat, que cuando quiere exhibirse no tiene nada que envidiarle a Benzema, aunque debe dejarse de chiquilladas que no le ayudan en nada ni a él ni al equipo. También muy destacables Juanpi Añor, que jugando en su sitio es un espectáculo, y
Tighadouini, que cada vez parece más ese jugador en banda con el que soñaba el técnico blanquiazul. No me quiero olvidar de Juan Carlos, una sorpresa que va a más cuando dispone de la confianza del míster.
Sin embargo, esta revolución en el once inicial y el valioso empate del Bernabeu no puede taparnos los ojos de la otra realidad. Kameni se salió frente al buen hacer de sus compañeros en el entramado táctico dispuesto por Gracia, y eso que los blancos, tienen potencial para ello, remataron hasta en 31 ocasiones. Los malaguistas siguieron sin marcar y, aunque pudieron hacerlo en dos ocasiones, tampoco lo lograron frente al Real Madrid. Sigo diciendo que la liga malaguista se inicia realmente después de la jornada diez, aunque en ese intervalo hay que ganar a la Real Sociedad y vienen bien alegrías como estas.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.