EL FIN DE SEMANA SERÁ BUENO PARA LA FAMILIA MALAGUISTA

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Como ya he escrito en otras ocasiones, que tu equipo juegue el viernes tiene muchas ventajas. Entre otras, que tienes el resto del fin de semana para dedicárselo a la familia, a tu pareja, a tus amigos, etc. Es obvio que lo harás con mejor predisposición si tu equipo ha ganado el viernes por la noche que si ha perdido.

 

El Málaga le regaló a su afición unos días de alegría y tranquilidad tras remontar por dos veces un marcador adverso. Juande Ramos tuvo que suplir a Jony e introducir a Michael Santos para acompañar a Sandro en el ataque blanquiazul junto a un Juanpi Añor muy apagado. Y la jugada le salió bien al técnico manchego después de que, una vez más esta temporada, los blanquiazules tuviesen que remontar el encuentro en casa.

 

El primer gol asturiano volvió a dejar al descubierto las vergüenzas de la zaga en un rápido contragolpe de los gijoneses que culminó Viguera. Los malaguistas se perdían entre filigranas y gambeteos absurdos, especialmente del sustituido Jony y de Añor.

 

Ramos intervino sin esperar al descanso para sentar al ex sportinguista y la aparición de Mikel Santos propició con su pelea e insistencia que varios rechaces de la zaga asturiana dejasen el esférico a Fornals, que marcó con un disparo certero y seco al filo del descanso. Pero la alegría no duró demasiado porque, nada más volver de vestuarios, en una jugada aislada, Cop aprovechó una falta cerca de la frontal del área para batir a Kameni y poner en franquicia a los rojiblancos. En ese instante el míster malaguista volvió a poner orden desde el banquillo.

 

Sentó a un triste Juanpi Añor, teórico líder del equipo, e introdujo en el terreno de juego al joven marbellí Ontiveros, sencillamente sobresaliente su partido. Asistió en el gol de Sandro para poner el empate a dos en el simultáneo. Y aún lo hizo mejor en la asistencia para el tercer tanto malaguista que, ah, sorpresa, materializó Michael Santos. A mi me agradó el uruguayo, que con su tanto dio tres puntos al Málaga CF, estuvo luchador, peleón con la defensa y buscando desmarques diagonales permanentemente.

 

Sin duda alguna, la expulsión de Lillo a 16 minutos del final del envite ayudó a la superioridad futbolística malacitana y la entrada de Duda por Villanueva otorgó el control del encuentro hasta la conclusión a los costasoleños. Con todo, y antes del 3-2, Cop tuvo el tercer gol en sus botas pero emergió la figura de Kameni para evitar un disgusto a la parroquia malacitana.

 

No fue un buen encuentro de los de Martiricos, pero sí se volvió a demostrar que en el banquillo blanquiazul hay un gran entrenador capaz de cambiar los partidos en el momento justo. Hace años que La Rosaleda no tenía un técnico que supiese hacer bien los cambios y en el instante apropiado, lo que demuestra que la experiencia es un grado.