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Con casi toda seguridad España ha perdido una de las mejores oportunidades para reeditar la consecución de un Mundial. De haber eliminado a Rusia, lo mereció pasar pese a su incapacidad rematadora, tenía un cuadro por delante muy propicio para llegar a la final. Sin embargo, y es inadmisible que no exista ninguna sanción o la valentía suficiente de un presidente para hacedlo, la intervención de Florentino Pérez, máximo mandatario del Real Madrid, dinamitó cualquier posibilidad de la Roja.
Fiel a su prepotencia y falta de respeto por todo aquello que no sea la Casa Blanca cometió la peor de las traiciones posibles a la Real Federación Española de Fútbol, a la que está adscrito el club que preside. Fichar al seleccionador nacional español sin encomendarse ni a Dios ni al diablo. Con su injerencia destruyó la concordia y buen ambiente del grupo de selecciona?os a sólo dos días del inicio del Mundial.
Julen Lopetegui fue desleal con el presidente que le había renovado dos temporadas más sólo un mes antes de la injerencia madridista. Lo hizo además con alevosía y nocturnidad a espalda de Luis Rubiales, que le había renovado pese a conocer que dio su voto a Larrea en las. elecciones a la presidencia.
Por todos los campos de fútbol donde vaya como entrenador blanco todas las aficiones sabrán que es el técnico que traicionó al equipo de todos, la Selección Española, por un club que no representa ni a la mitad de la afición de nuestro país. Pero lo peor es que fue desleal con sus jugadores renunciando a la Roja a cambio de irse a un club donde era la sexta opción para el banquillo blanco. Pero todo ésto en lugar de mejorarlo lo empeoró el presidente de la Española, Luis Rubiales.
Su orgullo personal le impidió calcular los tiempos y el cese de Lopetegui, que habría sido lo natural en cualquier otro club por deslealtad y traición a la confianza otorgada, supuso una complicación añadida para el grupo.Sobre todo porque la salida de Julen Lopetegui creó un cisma en el vestuario de la que no se puede culpar a Fernando Hierro y si a Rubiales.
La metodología y táctica habitual del vasco trabajada los últimos dos años se fue al traste y con ello la imagen de la Selección. Tampoco Rubiales tenía muchas más salidas pues su pérdida de autoridad ante los futbolistas y directivos le habría dejado a los pies de los caballos al inicio de su mandato presidencial. Así que entre todos la mataron y ella sola se murió.
Los jugadores no han estado a su nivel, salvo Isco y Diego Costa, lo que unido a la inexperiencia de Fernando Hierro, ha desembocado en FRACASO ABSOLUTO.