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Al igual que la afición del Málaga CF, lección magistral ayer de comportamiento y deportividad para el fútbol español, lo primero que quiero es felicitar al Reus. Por la vergüenza torera que demostraron sus futbolistas, unida a una profesionalidad extraordinaria y un respeto a este deporte que ni sus directivos, ni la propia LFP así como la RFEF han tenido con ellos desde la pasada pretemporada. Los directivos del Reus, por sus incumplimientos e impagos con sus trabajadores. La LFP, porque todos sus filtros y controles económicos y de fair play financiero han fallado. La RFEF, por obligar al Reus a disputar este encuentro en medio de la tormenta que sus profesionales están viviendo. Así que muy agradecido porque el plantel y el entrenador del cuadro catalán nos mostraron en La Rosaleda que el fútbol tiene códigos e intangibles que lo hacen siempre diferente y excepcional.
En la otra cara de la moneda, el Málaga CF, su ausente presidente, la poca vergüenza deportiva de sus jugadores frente al Reus y un director deportivo, José Luis Pérez Caminero, que no da la cara, no da explicaciones públicas de sus gestiones, nada positivas hasta ahora, y le deja todo el peso del club al mister asturiano.
Sí, porque el club blanquiazul no tiene director general, función que en lo deportivo asumió como pudo Mario Armando Husillos en la segunda vuelta de la temporada pasada. Por lo que puestas las cartas sobre la mesa, la realidad es que hoy por hoy, sólo Muñiz soporta todo el peso del club sobre sus espaldas. Y escribo todo ésto antes de decir que ayer no estuvo acertado en dos de los tres cambios. La salida de Dani Pacheco si no está Javi Ontiveros para suplirle es una temeridad en este equipo. E imagino, y es su labor, que tampoco pudo concienciar a los jugadores de que ayer no era un partido de solteros contra casados, pese a las
circunstancias que rodeaban al visitante.
La plantilla malaguista y su capitán necesitan reflexionar. No se puede saltar al terreno de juego al tran tran y mirandose el ombligo por no decir otra cosa. Faltos de concentración y con ausencia absoluta de profesionalidad. Y lo que es peor, la injustificable tropelía la cometieron delante de cientos de niños cuyo regalo de los Magos de Oriente era ir con sus padres a ver al Málaga CF. Si se quiere ascender no se puede tener esta actitud y dejadez inadmisible. Muñiz sabe que de este modo no vamos a ninguna parte. Este plantel es competitivo y puede aspirar a todo si quiere aunque no logrará nada jugando con semejante indolencia.
Entretanto, Abdullah Bin Nasser Al Thani sigue sin firmar sus propias cuentas que con habitualidad se presentaban siempre la última semana de diciembre. Las cuentas del club no presentadas ya han puesto en alerta a la Asociación de Accionistas Minoritarios y a la propia LFP. Los síntomas empiezan a ser preocupantes, veremos cómo termina todo.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo ésto último.