El viernes de la semana pasada, como otras muchas malagueñas y malagueños, nació Gisela, la hija de mi sobrina Sandra. Seguro que su madre, Yolanda, mi hermana, desde su tribuna celestial dejó deslizar más de una lágrima por sus mejillas al comprobar que su primogénita, junto a su esposo, David, la habían hecho abuela de…