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Durante las últimas 48 horas a este periodista le han llegado todo tipo de advertencias, cívicas y educadas, pero llamadas al orden en cualquier caso, que provienen del entorno de los propietarios del Málaga CF. En cualquier caso, en MÁLAGA FM -RADIO MARCA vamos a seguir contando toda aquella actualidad que sea noticia en la entidad malaguista, máxime si con ello evitamos su desaparición como tal por segunda vez en su historia.
No sería Antonio Jesús Merchán, al menos al comentarista deportivo que todos conocen, si cambiase un ápice mi habitual línea de actuación. Ya hubo otros dirigentes de este club que intentaron, vetaron e incluso denunciaron nuestra forma de contar las cosas y cuando la verdad resplandeció se fueron con el rabo entre las piernas.
Al señor Al Thani y a sus hijos he de advertirles, y quien avisa no es traidor, que hasta este momento nos hemos limitado en nuestra redacción a informar de la realidad de este club y de aquello que, por increíble que parezca, ha ocurrido. De forma principal, que ustedes invirtiesen casi 140 millones de euros en el Málaga CF junto a quienes les ayudasen en esa inversión, para no controlar esa inversión, tener un coste de amortización de la misma imposible para la entidad y, ante la imposibilidad de mantener ésta, llevar al club a la ruina. No invertir un solo euro más, salvo en algún caso extremo, e iniciar una política de desinversión y venta de los principales activos de la entidad, que nos ha llevado hasta aquí.
Lo que ha ocurrido las últimas semanas y las intenciones de la familia Al Thani respecto al club y varios de los dirigentes que han dado la cara por ellos en el Málaga C.F., especialmente Vicente Casado, Director General, es conocido ya por todo el mundo.
Les advierto de nuevo, y no es una amenaza, que sólo han escuchado o leído por mi parte, básicamente por no hacer daño al club, una ínfima parte de lo que podría contar de sus actuaciones y manejos en la entidad así como en la lamentable imagen que dos de los altos cargos del club, recientemente nombrados, protagonizan en su vida diaria.
Éste es mi país, España. Aquí se respetan los derechos fundamentales establecidos en el Estado de Derecho y hay cuestiones legales respecto a la empresa y a las formas de tratar a las personas que difieren y mucho con respecto al Emirato de Catar o a cualquier otra dictadura al uso. Ustedes verán si se integran o siguen metiéndose cada día en un charco distinto. Yo ya les he avisado, como siempre, por nuestro medio de comunicación y sin mayores estridencias.
Respecto a mi ciudad, la capital de la Costa del Sol, y sobre mi club, soy pequeño accionista y abonado, creo que es el momento de levantarse contra la actual propiedad del club. Nos han elevado a los altares del fútbol europeo pero llevan cuatro temporadas haciéndonos caer en lo más profundo de los infiernos. No hay cosa peor para una afición que vivir permanentemente al borde de un ataque de nervios y rezando para no descender de categoría o desaparecer por culpa de la inanición de los propietarios del club. El malaguismo y las instituciones de la ciudad, junto a los empresarios más importantes y aquellos que quieran unirse a ellos, deben crear una plataforma para salvar al Málaga C.F. Como en su día el sevillismo obligó a irse a su propietario o máximo accionista González de Caldas, o los béticos a Ruiz de Lopera, o más recientemente, los zaragocistas a Agapito. El malaguismo militante e indolente debe dar un paso firme hacia adelante y obligar a su presidente a irse y vender el club a la mejor empresa posible o a aquellos que sientan los colores blanquiazules y quieran situar a la entidad en el sitio que le corresponde.
Aquí ya no vale esconderse. O salvamos entre todos al Málaga C.F. de las garras de los Al Thani o éstos acabarán provocando una nueva desaparición de nuestro club.