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La indemnización que el bufete de abogados del presidente intentará no pagar a Casado es, de facto, ínfima para los logros económicos de éste al frente del club. Ha reducido más del 75% la deuda del club cuando llegó. La empresa auditora de gran prestigio Ernst & Young, junto a la LFP, avalaron esta realidad económica y han puesto al Málaga CF como ejemplo de gestión y desarrollo en medio de una tempestad que lo llevaba sin remedio a zozobrar.
El hijo mayor del jeque, Nasser Al Thani, reconoció y elogió su trabajo y el de su equipo directivo en el desayuno económico que ofreció el club a los medios de comunicación hace poco más de un mes. ¿Cuándo nos mentía la familia Al Thani, ahora o entonces, o las dos veces? ¿Qué papel han jugado en esta traición a Casado los dos cargos de confianza del director general, Manolo Novo y Joaquín Jofre? ¿Por qué, una vez estabilizado el club, el jeque no ha invertido lo necesario para evitar las ventas de los mejores activos de la entidad este verano? Y así podría hacer mil preguntas más.
Pero como decía al principio, este es un club sin alma y sólo su afición le salva de una depreciación mayor. Al Thani, que preside el club a miles de kilómetros por twitter, ha demostrado ya en muchas ocasiones que es un hombre sin corazón e incapaz de agradecer el esfuerzo de sus trabajadores. Debe pensar que son sus súbditos o a lo peor esclavos, como muchos de los ciudadanos de Catar. Cuando falleció la mano derecha del impresentable de Ghubn, José Carlos Pérez, fue incapaz de venir a dar el pésame a su familia. El partido siguiente al robo de Dormund tampoco acudió al palco de La Rosaleda para apoyar al equipo y a la afición malaguista. Ni siquiera tuvo el suficiente decoro para acompañar en el sentimiento a Manuel Pellegrini cuando falleció su señor padre.
En definitiva, lo deseable es que Al Thani se vaya de una puñetera vez y venda el Málaga CF para que la entidad pueda seguir creciendo. Vicente Casado siempre aseguró que se iría del club si la propiedad quería meter la mano en el cajón. Se negó a dar sueldos a los hijos del jeque, cuya cualificación para dirigir la entidad malaguista es inexistente, y el resultado es el conocido.
Si no se resuelve la cuestión deportiva y el Málaga CF desciende esta temporada, con Javi Gracia parece muy posible, la viabilidad económica sin inversión es imposible. Al descenso deportivo se unirá uno administrativo. Basta recordar que Javier Tebas, presidente de la LFP, es íntimo amigo de Vicente Casado y, bajo ese prisma, el club ha perdido el escudo que le otorgaba el hasta ahora director general.
Un descenso a la Segunda División B sería como certificar la desaparición de la entidad malaguista y así el juguete del jeque -es lo que significa el club para él- quedaría roto definitivamente. Sólo queda pensar, si Al Thani no se ha vuelto loco, que hay otros empresarios cataríes detrás aconsejando las decisiones para darle una salida digna al presidente y después dar el pase al club a nuevos propietarios.
Cualquier otra cosa se traduce en un partido, más pronto que tarde, 'Como se llame el nuevo club CF'- Atarfe en el grupo IX de la Tercera División. Hasta ahora no me he equivocado en estos últimos cinco años, aunque daría mi vida malaguista por equivocarme en esta ocasión.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.