Los deberes para el crecimiento

Punto que suma, punto que desespera, punto casi milagroso. Varios escenarios y distintos prismas para el aficionado. En cambio para Natxo González, el empate cosechado en La Romareda fue positivo. Y es que el preparador vasco acabó contento con el rendimiento del equipo, pero es innegable que aún le falta trabajo. Necesidad de mayor control, mejorar la seguridad defensiva y mayor capacidad ofensiva, entre otros asuntos son los deberes para el crecimiento.

Pese a que el preparador blanquiazul puso el foco en el rigor defensivo, el Málaga sufrió de nuevo en Zaragoza. No solo a balón parado sino en centros laterales. No estuvo fino en esas facetas el equipo malaguista. Pese a cortar la reciente sangría, ocho goles en dos jornadas, fue blando y vulnerable. Dani Barrio destacó en clave malaguista. El asturiano recibió hasta 18 lanzamientos a puerta, ocho de ellos entre los tres palos, siete directamente fuera y los tres restantes rechazados por la retaguardia blanquiazul.

Las estadísticas tampoco reflejan buenos números en el aspecto ofensivo. Cinco lanzamientos en La Romareda. Solo uno entre palos, el gol de Antoñín. Tristes números para un equipo que solo convierte el 8% de sus disparos en el premio final. Es otra de las asignaturas pendientes, pero de momento Natxo González, y con razón, pone el énfasis en el blindaje. Se pudieron ver hasta siete cambios en el once y como Escassi ha vuelto a la zona donde más seguridad da al equipo.

Pese a mejorar ligeramente sus recursos competitivos, el Málaga de Natxo González aun anda en una fase muy alfa. Con nuevos soldados como Antoñín, pero los deberes para el crecimiento aun son numerosos. La portería a cero y una mayor capacidad ofensiva, principales asignaturas pendientes.

Natxo González da órdenes en un entrenamiento en el Anexo | Pepe Ortega: MCF