Ya toca. Es el pensamiento de cualquier aficionado malaguista que haya entrado a leer esta previa pensando en el Málaga – Zaragoza (La Rosaleda, domingo, 16:00 horas). Ya se ha repetido hasta la saciedad que los blanquiazules tienen un problema como local. Lo dicen los números, y es que el Málaga no gana en La Rosaleda desde el mes de octubre. Una racha de resultados que empieza a crear ansiedad en el vestuario malacitano. Lo dicen también el propio Pellicer y sus jugadores. Si el equipo de Martiricos hubiese estado más certero en casa dormiría a día de hoy entre los primeros. Por eso este Málaga tiene que ganar por su afición.
La que no pisa el templo desde la última visita del Zaragoza precisamente. Allá por marzo de 2020, cuando el maldito virus empezó a crecer cada segundo un poco más. La vida ha cambiado mucho. También para estos dos equipos. El cuadro maño estaba en ascenso directo navegando en la cresta de la ola de Segunda con los goles de Luis Suárez. El Málaga no sabía que iba a ser de él más allá de la próxima salida del sol. Ahora, los de Pellicer están a tres de playoff y el Zaragoza lleva ya tres técnicos y no ha salido del agujero de la tabla.
Este domingo La Rosaleda volverá a sonar. El Málaga afronta el partido con el optimismo de haber conseguido la victoria seis jornadas después. Habrá sorpresa en el choque. Los cánticos sonarán en la megafonía de La Rosaleda como novedad. Pellicer no podrá contar con hasta tres centrocampistas. Escassi, que cumple sanción por cinco amarillas, y los lesionados Ramón y Benkhemassa. Se espera que el técnico de Nules haga su alineación con cinco defensas de nuevo, tal y como sucedió en Alcorcón. El técnico lo arreglará con algún parche y con la cantera malaguista, siempre dispuesta a ayudar en los momentos delicados. El Málaga tendrá que ganar por su afición. Una victoria que no tendrá que ser virtual, como los cánticos.
