«Con el fango en los talones…»

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Foto: Javier Díaz

El Málaga sigue empeñado en ensuciar esta temporada. Cada vez que el equipo encara sentenciar la permanencia no remata. Literalmente no remata. Es una pena que la segunda vuelta haya enfangado el Málaga del poder de la amistad. Ya no es todo de color de rosas en un final de curso de objetivos incumplidos y contratos por finalizar. Mala combinación para la recta final de curso. Los problemas del conjunto de La Rosaleda por cerrar la partida están afeando una primera vuelta que fue notable. Como ya he dicho alguna vez es difícil celebrar en mayo lo que ya se supone que teníamos en enero. 

No fue un buen partido y la expulsión de Galilea no ayudó. No es la excusa de un Málaga que ya ha tenido problemas con las rojas esta temporada. La roja es un doble fallo, individual con el central como protagonista y con el colectivo en la colocación sobre el campo. Un error imperdonable a estas alturas de curso y que ya se ha visto en otros comienzos de partido. Se entiende que el Málaga no va a descender porque el Eldense no parece que vaya a ser capaz de ganarlo todo, pero el simple hecho de estar hablando de esto en la jornada 40 toca las narices al aficionado. 

Estos partidos que quedan son ya claves para la temporada que viene. Sí, la 25-26. Acabar mal consiguiendo el objetivo por terceros es el germen perfecto para que el comienzo del siguiente año sea una pesadilla. Ya lo vivimos con Pablo Guede y su experimento de defensa coladera que explotó en la segunda jornada con un 0-4 de Las Palmas. Pellicer tiene más mesura, pero si el equipo cierra el curso empeorando aún más su imagen, auguro muchos problemas en el futuro.

El entrenador debe ser claro con la dirección. O se le da un salto de calidad al equipo o su cabeza será la primera que se pondrá en juego desde el mismo de agosto. Considero a Sergio Pellicer una persona íntegra y malaguista y que decidirá lo mejor para el club. Su cuota de culpabilidad no es la más alta de la entidad de Martiricos. Aunque tragar con la china de los no fichajes le va a perseguir hasta la jornada 42. Mientras tanto, el malaguismo se desespera en un quiero y no quiero y puedo y no puedo constante. Aburridos con el presente e ilusionados con un futuro mejor de dueños de renombre que nunca llegan. Intervenidos permanentemente. Sin capacidad de reacción y dando el callo en la grada cada domingo incluyendo los partidos fuera de casa. Elda es una pica más en el barro en el que se ha convertido el final de temporada en la Costa del Sol.  

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