Hundidos y sin rumbo (1-0)

Humillante imagen de los blanquiazules en Leganés. El Málaga está hundido, sin rumbo. En lo mental, en lo deportivo. No hay peligro. No hay chispa. No hay equipo. Varias novedades presentó Pepe Mel en el once blanquiazul. Rubén Castro esperó su turno en el banquillo y Bustinza salió en el lateral derecho. El madrileño adelantó la posición de Juanfran que actuó como extremo derecho y Febas junto a Villalba eran los elegidos para intentar generar el último pase.

No pasó a la historia el primer tiempo, pero al menos sí se pudo ver un Málaga más seguro. Con un mejor orden táctico y con la eterna sensación de dominio sin ejecución. Sin peligro, pero llegando con mucha frecuencia al área rival. Manolo Reina era un mero espectador del encuentro. De hecho el Leganés acabó el primer tiempo sin realizar un remate a puerta. El Málaga tuvo ciertos amagos de peligro. Fran Sol fabricó un buen centro que no encontró a Febas y ya casi al final del primer tiempo Fran Villalba filtró un pase a Fran Sol, pero se le hizo de noche al atacante.

El arranque de la segunda mitad mantuvo la misma línea argumental. Un Leganés inerte y un Málaga previsible. Con posesión testimonial. N’Diaye vio una amarilla tras una pérdida de Fran Villalba que se quejó con aspavientos. Mel lo mandó al banquillo y puso a Genaro en el campo. El batacazo mental y deportivo llegó a raíz de la lesión de Escassi. El paleño se marchó por problemas musculares y el Málaga se desarmó. Incertidumbre maldita, cual circo al que le crecen los enanos.

Mel tuvo que recomponer la defensa. Bustinza pasó al eje de la zaga y entró Hervías que ocupó la zona de Juanfran. El Málaga se inmoló con esa modificación. Un pase filtrado de Cissé lo mandó a la red Arnáiz. Bustinza rompió el fuera de juego. Error grosero y el atacante del Leganés superó a un Manolo Reina que minutos antes también coqueteó con una lesión.

Pese a mover el banquillo con la entrada de Hervías, Cristian Loren o Rubén Castro, el Málaga no generó nada. Tal cual. El mazazo del tanto dejó grogui y muerto a un equipo que es colista por méritos propios. No se veía fútbol, no había desborde, ni ocasiones. Un Málaga muerto. Sin vida. El Lega pudo meter el 2-0, pero Arnáiz se durmió ante Manolo Reina. Esto no es un accidente. Hundidos y sin rumbo. Preocupación máxima. Reacción mínima.