En la mañana de hoy jueves, Dani Lorenzo ha atendido a Radio Marca Málaga en exclusiva y su pubalgia ha ocupado una parte importante. El centrocampista del Málaga ha tratado varios temas importantes y, además, se ha abierto sobre cómo se sintió durante su lesión en el pubis. El ’22’ malaguista pasó un calvario la temporada pasada, en el que debería haber sido su año de confirmación. Una pubalgia que arrastraba desde los 15 años y que le generaba molestias constantes le hicieron parar y poner punto y final a la lesión.
«El año de Segunda empecé a tener muchas molestias, lesiones a raíz de lo mismo, y eso no me dejaba tener continuidad. Es curioso, porque a cada persona le afecta diferente, a mí más por la zona de la ingle o el aductor» comentó el marbellí. Una lesión que afectaba mucho a su juego, su capacidad de golpeo o regate se vieron afectadas, pero otras aún más básicas para su perfil de jugador como girar o cambiar de ritmo se resintieron más. Su campaña sufrió un revés en el partido en casa del Levante. Dani Lorenzo sufrió un pinchazo que no le permitió seguir y le forzó a tomar una decisión: «Pensé detenidamente que no podía seguir así: necesitaba regularidad. Tomé la mejor decisión. Fue duro, porque nunca había estado tanto tiempo parado, pero al mismo tiempo me quité un peso grande de encima«.
El día a día de la lesión fue complicado para un jugador que nunca había estado tanto tiempo de baja. Admite que lo llevo con tranquilidad y que el inicio de la recuperación fue lo más fácil: «Me lo tomé de la mejor manera, sabiendo que iba a estar un tiempo sin jugar. Aproveché para despejarme del fútbol y apoyar al equipo al máximo«. Eso sí, la vuelta a los terrenos de juego se hizo un camino más tedioso, Dani Lorenzo confiesa que los días se le hacían más largos cuando volvió a los entrenos. Pensar cómo volverá o hacer trabajo parcial aumentaba su necesidad de jugar.
Por suerte, sintió el apoyo de todos sus cercanos. Familia, amigos y el club. Tanto la dirección deportiva como el cuerpo técnico le mostraron su apoyo en todo momento. Al inicio no eran conscientes de cómo afectaba esa lesión, pero no le metieron ninguna prisa y le transmitieron en todo momento que cuando volviera iba a ser importante. Todo este camino mereció la pena: «Esa sensación de jugar un partido, entrenar todos los días, terminar sin notar nada en el pubis que me limite y volver a entrenar la siguiente semana… Tengo cero molestias. Estoy muy contento. Por eso digo que no se ha visto lo mejor de mí. Estoy encontrando regularidad«.