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Si no fuese por el VAR, en el Málaga estarían muy cabreados con los arbitrajes de las últimas semanas. Sin ir más lejos, ante el Mirandés el partido habría acabado cero a dos para los burgaleses. Vicandi Garrido anuló el tanto legal de Jozabed y luego señaló un penalti que no era por unas manos de Mejías que él solo vio. Es el destino del equipo de Pellicer, cuyos puntos conseguidos han estado fiscalizados por el videoarbitraje desde que arrancó este maratón de partidos en LaLiga SmartBank. Un gol en Zaragoza, un fuera de juego contra el Sporting y lo del duelo contra el Mirandés. El Málaga ha hecho trabajar mucho al VAR.
En La Romareda empezó la polémica. El golazo de Pablo Chavarría estuvo a punto de no contar. El centro de Rahmani a la cabeza del argentino acabó significando el cero a uno en tierras mañas. Ortiz Arias se dejó llevar por su asistente y anuló el gol. Dos minutos después fue el VAR quien demostró que no había posición antirreglamentaria y que el cero a uno debía subir al electrónico. Un gol además cuya repetición arrojaba que era bastante legal.
Mucho lío hubo también en el duelo contra los asturianos del pasado jueves. El Sporting se quejó amargamente a través de su entrenador de las decisiones arbitrales de Prieto Iglesias. El gol anulado a Aitor García estuvo a punto de ser legal pero tuvo que ser el VAR quien decretara la posición ilegal de hasta dos jugadores del conjunto rojiblanco. Anteriormente, en la primera mitad también hubo un tanto anulado al Sporting pero fue por un fuera de juego de un metro de Cumic.
Desde el conjunto de Martiricos nadie ha querido alzar la voz sobre el arbitraje, pero lo cierto es que en el choque contra el Mirandés, el Málaga habría sido muy perjudicado en la jornada de ayer. De las últimas cuatro revisiones en vídeo vividas por el cuadro costasoleño, tres han tenido que corregir decisiones que hubiesen perjudicado gravemente a los de Pellicer. Un Málaga que está haciendo trabajar al VAR de lo lindo.