
«La camiseta del Málaga CF no puede ser pisoteada ni arrastrada»
Share This Article
La Copa de S.M. el Rey D.Felipe VI es una competición venerada y respetada
durante más de un siglo y el trofeo deportivo más antiguo de España.
Para clubes como el Athletic Club de Bilbao, FC Barcelona, Real Madrid, Atlético de
Madrid, Real Unión de Irún, Calvo Sotelo, Real Zaragoza, Espanyol, Valencia,
etc; han representado un símbolo futbolístico incuestionable.
No es pues una cuestión menor el dejarla ir cada temporada una y otra vez por
sucesivas plantillas malaguistas, entrenadores, directores deportivos e incluso
presidentes de cualesquiera de las nomenclaturas del club costasoleño.
Lo de anoche en Majadahonda es un capítulo más del descorazonador sentimiento
que el malaguista de a pié siente cada vez que su club tiene que jugar una de las
eliminatorias previas de este trofeo de reyes. Porque se sabe ya el resultado final temporada tras temporada.
Da igual el rival, o la categoría en la que milite, los blanquiazules hincan la rodilla
de forma in misericorde cada vez de una forma más ridícula e injustificable.
Dani Barrio, condenado a una suplencia inexplicable por José Alberto López, fue
el mejor con diferencia en la escuadra malacitana, lo que da una idea de la
vergüenza de encuentro que jugaron los de Martiricos.
El Rayo Majadahonda fue superior a los malaguistas de cabo a rabo, por lo que
el escarnio y oprobio fue aún mayor que en otros encuentros.
Los futbolistas costasoleños, como otros compañeros suyos en otras temporadas,
arrastraron la camiseta blanquiazul por el terreno de juego y la pisotearon sin piedad
alguna y sin el menor miramiento.
Y precisamente es eso lo que me rebela, no la derrota en sí, sino la forma en la que
se ha producido. Sin amor propio alguno, arrastrados frente a un rival infinitamente superior y con más coraje y corazón sobre el terreno de juego que los malaguistas.
La reflexión es bien sencilla: los futbolistas, su entrenador, el cuerpo técnico y toda
la expedición costasoleña volvieron a decepcionar cuando no ridiculizar a la sufrida
afición de Martiricos.
¡MEMORIA, COMPROMISO Y FE!, sobre todo esto último que va a hacer falta.
