La Rosaleda se está quedando pequeña

No tiene lógica ninguna. En cualquier ciudad, un descenso a Primera RFEF hubiese provocado una estampida entre los aficionados del club en cuestión. Sin embargo, en Málaga el sentimiento ha podido con todo. La Rosaleda se está quedando pequeña y la prueba es la continua venta de entradas para los partidos de local de los blanquiazules. Ante el Córdoba, se espera otra vez el rozar el cartel de no hay billetes. El club de la Costa del Sol ha informado que hay más de 8.000 entradas vendidas para el derbi de este domingo. Es cierto que en esta ocasión la tropa cordobesista ha ayudado con sus 1.200 desplazados al partido.

Los llenos al estadio malaguista están teniendo lugar en un momento importante en la historia del templo boquerón. La Rosaleda se enfrenta a una posible remodelación con motivo del Mundial que se celebrará en España en 2030. Las instituciones ya han dejado claro que aunque no haya evento en Málaga, van a cometer las obras en el estadio. Lo harán por partes, como ya ocurriese a principios de siglo. Muchos criticaban construir una Rosaleda de 40.000 ó 45.000 espectadores, pero lo cierto es que a este ritmo no sería descabellado verla llena.

El club en Primera RFEF está llegando con facilidad a los 25.000. Con un proyecto en condiciones y un equipo asentado en la élite, todo puede ocurrir. Las últimas entradas han ido creciendo de manera exponencial. Solo los maltrechos tornos de La Rosaleda han impedido que se superen los 27.000 aficionados. Ante el Córdoba, nueva oportunidad para demostrar que La Rosaleda se ha quedado pequeña o se puede quedar.