Le toca a Loren Juarros, su turno…

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Una vez finalizada la temporada en la que el sufrimiento ha sido la constante ante el temor a un posible descenso, es el momento de poner nota a la labor realizada por los componentes del Málaga CF.  

Si de la plantilla se trata, en términos globales, la permanencia les otorga el aprobado raspado. Está claro que habría que hacer la matización individual con notables más o menos altos para jugadores como el ‘Santo’ Herrero, Luismi y Larrubia, así como a los canteranos Chupe o Rafa, éstos dos teniendo que tirar del carro sin corresponderles ese papel. Del resto, algunos tienen un cero como nuestra catedral, y otros, demasiados, ni siquiera alcanzan el aprobado. 

Al técnico, Sergio Pellicer, como ya he destacado en anteriores Con Rigor, le evaluaría con un 6 alto. Ya lo he dicho en repetidas ocasiones, tiene mucho mérito competir con las armas con las que ha dispuesto el técnico, contra muchos equipos frente a los que partía en inferioridad de condiciones. Con sinceridad, tengo la sensación de que el entrenador ha tenido un enemigo más peligroso en su propio club que en los rivales a los que se ha enfrentado en los terrenos de juego.

A Pellicer, por la confianza adquirida después de tantos años desde su llegada como jugador, le aconsejé tras el ascenso que no continuara en el banquillo. Se veía venir que no se le iban a traer jugadores que elevaran el nivel de la plantilla con la que, milagrosamente, logró el ascenso de 1ª RFEF a Segunda división. Ahora, Pellicer tiene la lección bien aprendida y a buen seguro que ha transmitido a la dirección deportiva las líneas estratégicas a seguir. Estoy convencido de que Pellicer antepone su sentimiento malaguista a otras cuestiones para no dar la espantada y cumplir el año de contrato que le queda, pero, al mismo tiempo, seguro que habrá dado el golpe sobre la mesa exigiendo los fichajes que necesita.

Para el director deportivo, el suspenso es lo que le corresponde. Visto lo visto durante sus dos años en Málaga, considero que podría ser más válido como responsable de la cantera que de director deportivo. Durante estas dos temporadas, el burgalés puede presumir de los fichajes de Alfonso Herrero y Luismi, y, pese a sus intermitencias, hasta de Lobete. De más a menos han ido otros como Manu Molina o Dioni, mientras que la lista de desaciertos es extensa: Sangalli, Gabilondo, Juan Hernández, Juanpe, Rahmani… y en un escalón superior están los fiascos de Javier Avilés y Sergio Castel, por no hablar del último mercado invernal donde no se fichó sabiendo las carencias del equipo. Ojalá haya aprendido de los errores para no volver a cometerlos en este tercer año en el cargo. Sr. Juarros, es su turno.

Por cierto, no me ha gustado nada la forma en la que se ha procedido con los jugadores que no van a seguir. Manu Molina y Dioni hubieran merecido otro proceder en su despedida, aunque por lo menos se les dio las gracias en los comunicados públicos. Sin embargo, la patada en el culo a Cordero es sonora queriendo echarle toda la culpa de su marcha. ¿Sabemos lo que realmente se le ofreció para lograr su renovación?, ¿se actuó a tiempo o se llegó tarde para iniciar las negociaciones?, ¿toda la culpa es del jugador y ninguna de los dirigentes?, ¿quién echó a la afición encima del futbolista?, ¿dio todo de sí Cordero, o se dejó llevar por lo que se le estaba haciendo desde los despachos? 

Para acabar, no crean que me olvido de la evaluación para el administrador judicial (y con él de la jueza María de los Ángeles Ruiz), aunque, para ello, basta con repetir lo que la afición coreó tantas veces en La Rosaleda. ¡José María, dimisión!

José Manuel Velasco

Redactor Onda Cero Málaga

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