Lo que falló en Anduva… y fue clave

Se puede decir sin temor a equivocarse que el Málaga realizó un completísimo partido en Miranda de Ebro. Entre los mejores de toda la temporada. Anuló todas las virtudes del rival, pero todas. Y gozó de varias ocasiones clarísimas ante Raúl Lizoain. La falta de calidad en el remate, en alguna ocasión, y las piernas del rival, en otras, dejaron seco a los blanquiazules. 

Sin embargo, una vez más el balón parado fue terrorífico para las huestes de Pellicer. El técnico, que cumplía su encuentro oficial número 50 como primer entrenador, lo intentó de todas las maneras. No hubo forma. En especial, con los cambios que en otros partidos sí le funcionaron. Todo esto es lo que falló en Anduva y fue clave. 

Lo primero, el defender una falta lejana que acabó rematada por Vivian. Único remate a portería, en semifallo además, y el único tanto que subió al marcador. Pero ya antes del gol el Málaga había perdido el dominio del choque. La salida por lesión de Chavarría le dio la oportunidad a Caye Quintana como referente. Fracaso. Como también lo fue la entrada de Ramón por Luis Muñoz. El malagueño no entendió el cambio y el granadino notó su inactividad. 

Tuvo que jugársela a la desesperada el entrenador con un triple cambio una vez que el Mirandés ya estaba por delante. Y tampoco surtió ningún efecto. Jairo y Julio no tocaron casi balón. Orlando sí intervino más. En una le soltó un codazo a Vivian y recibió tarjeta; en otra desaprovechó un buen centro de Matos y remató de cabeza pero en dirección contraria a la portería. 

Es lo que falló en Anduva y fue clave: tanto la defensa a balón parado como los cambios.