Munir vuelve a ser santo

Si hay una posición señalada en esto del fútbol, esa es la portería. Cuando fallas te señalan. Cuando aciertas te idolatran. Munir es reflejo de la segunda y es que el cancerbero hispano-marroquí fue determinante en el empate a uno que ayer cosechó el Málaga en el estadio de Gran Canaria frente a Las Palmas.

No solo cuenta con el reconocimiento de la afición, sino también el de su entrenador y compañeros. Sergio Pellicer elogió la actuación de su guardián afirmando literalmente que «Munir ha salvado el partido». A estas declaraciones se le sumaron tanto Dani Pacheco como Cifu. Ambos pasaron por la zona mixta posterior al partido. Hecho anecdótico cuando al que se le esperaba era al culpable que mantuvo al cuadro de Martiricos vivo en el partido.

Rubén Castro ha tenido pesadillas esta noche con el portero boquerón y no es para menos. Le sacó al veterano delantero canario hasta dos ocasiones que eran goles cantados. Primero, un remate de cabeza a bocajarro tras un centro lateral en el que estuvo muy rápido yendo abajo y atrapando el cuero en dos tiempos. Y segundo, un mano a mano en el que acertó las intenciones del ‘7’ amarillo tirándose a su izquierda y evitando el tanto. Hubiese sido jaque mate canario antes de cumplir los 70 minutos de encuentro con un 3-0 en el electrónico.

A pesar de ser muy criticado a lo largo de la temporada y, en especial, aquel fallo clamoroso que tuvo en La Rosaleda frente al Mirandés, parece que el ‘1’ blanquiazul vuelve a dar su mejor versión aportando seguridad en el marco y fiabilidad con el juego de pies, donde ya no se complica la vida. El caso es que está resurgiendo de sus cenizas y se puede decir en voz alta que Munir volvió a ser santo.