Ayer, día 21 de octubre, hizo un mes desde la última actuación de Adrián Niño en el partido que enfrentó a Málaga y Cádiz en la jornada 6. Por aquella fecha, el delantero gaditano estaba recién llegado de su convocatoria con la selección española Sub-21 y sufrió un esguince de tobillo. Dicha lesión parecía alejarle del derbi liguero, pero el jugador decidió infiltrarse para poder disputar dicho encuentro. El dorsal ’21’ disputó apenas 30 minutos del partido y desde entonces, no se le ha vuelto a ver vestido de corto.
La recuperación de Adrián Niño parece un camino sin fin. El ariete cayó lesionado el 21 de septiembre y aún no ha vuelto a entrenar ni un día con sus compañeros. Además, el gaditano sufrió una recaída durante su periodo de recuperación que ha perjudicado su vuelta a los terrenos de juego. En la rueda de prensa previa al partido frente al Burgos, Pellicer informó de que esperaba la vuelta del delantero para el partido contra el Racing, pero más tarde confirmó dicha recaída. «Pensábamos que iba a recuperarse antes, pero en el proceso tuvo otra torcedura. Queremos que esté completamente limpio de molestias antes de volver«. A día de hoy y con el partido ante el Andorra ya en el punto de mira, Adrián Niño aún entrena de manera individual en el gimnasio y al margen de sus compañeros.
La lesión del único traspaso malaguista, a pesar de caer ya en el olvido, causa más problemas de lo que podemos pensar. Para el partido ante el conjunto andorrano, las opciones de elegir delantero titular son limitadas. Chupete llega tras pasar un proceso viral y Jauregi parece estar aún fuera de ritmo. La ausencia de Adrián Niño deja a Pellicer sin la que fue la opción elegida para la jornada inaugural. El delantero cerró la pretemporada con tres goles y la sensación de ser un delantero diferente. Niño aporta un delantero agresivo al espacio, bregador y con mayor capacidad aérea que las otras opciones. En resumen, Pellicer ha perdido una variante muy interesante de cara a cambiar su plan de partido.
