No será un domingo cualquiera. La Rosaleda recibe hoy ante el Racing de Santander el primer partido después de que Al-Thani y sus hijos fuesen apartados de la gestión del club de Martiricos. Es por ello que el templo malaguista será una fiesta. Una de despedida que ponga al estadio en pie para olvidar cuanto antes a los cataríes tras años de mentiras y oscurantismos. El público malacitano está motivadísimo para la cita después de dos victorias consecutivas y de la imagen Shaheen saliendo en taxi de Martiricos. Todo en una semana que empezó con el triunfo en el Ramón de Carranza mientras algunos cadistas gritaban “Al-Thani quédate”. Justicia poética quizás su nueva derrota esta jornada.
El cartel de ‘no hay billetes’ se colgó el viernes y el ambiente parece de cara para que los de Pellicer estrechen el cerco sobre los play-off a la vez que den un paso clave para alejarse de los puestos de descenso. El técnico malaguista se siente respaldado y el entrenamiento de ayer sábado, tras la reunión con el administrador judicial, ha dado estabilidad y tranquilidad al vestuario. Una plantilla acostumbrada a vivir con el corazón en un puño desde septiembre. Al-Thani ya no está y con él puede irse el gafe que no ha dejado que el cuadro boquerón sume tres victorias seguidas este curso.
El de Castellón quiere que su rock&roll siga sonando fuerte en casa, donde todavía no ha perdido. Para ello se prevé que repita el once inicial que tan buen resultado dio en la Tacita de Plata. El ingrediente final es aquella denuncia que el conjunto santanderino interpuso en la RFEF en la primera jornada de Liga por una alineación indebida que quedó en nada. Pellicer apela a la competitividad de los suyos para seguir un camino que hace un mes hubiese sido impensable. El Málaga es libre y quiere volar.
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