‘Viento y Marea’, lema de la precampaña de abonados

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Para los que sonríen, sin darse cuenta, en el campo de batalla. Esta era una de las frases en las que Antonio Banderas, en voz en off, erizaba la piel a los aficionados malaguistas en un video emotivo y emocionante. Días más tarde, el Málaga CF vuelve a tocar la fibra de sus seguidores como preámbulo de la campaña de abonados.

Viento y Marea es el eslogan utilizado en la precampaña para la temporada 2020/21 donde no se esperan hinchas en los estadios al menos en el primer tramo de competición. Además, el club aclaró uno de los apartados más confusos en los descuentos de los abonos.

Con un mensaje directo al corazón blanquiazul, el Málaga busca un nuevo lema para unir fuerzas y superar todos los retos. A continuación, el escrito completo del club en la precampaña ‘Viento y Marea’:

Estos elementos son catalogados como adversarios a los que hay que derrotar. Luchar contra viento y marea supone, en el argot popular, afrontar los problemas con gallardía y no renunciar independientemente de las condiciones externas. El viento y la marea simbolizan todos los obstáculos que la vida nos pone en el camino. El viento y la marea son nuestros propios miedos, nuestros mayores temores, nuestros peores enemigos.

Sin embargo, nosotros consideramos que, como todo en la vida, el concepto del viento y marea depende del prisma con el que miremos. Los malaguistas estamos acostumbrados a superar adversidades y no jactarnos de ello. No nos regodeamos en el sufrimiento para ganar notoriedad. No rehuimos de la tormenta. No somos enemigos de nuestras dificultades. Sabemos que el viento en contra y la marea sin control sacan de nosotros nuestra verdadera fuerza. Nos muestran quiénes somos realmente. No nos enfrentamos en una batalla, más bien nos impulsamos con ellos. Y así, convertimos la tormenta de nuestro propio pasado en un presente en calma y abordamos el futuro con timón firme. Llevamos los sueños en un cascarón colmado de ilusiones con el viento y la marea blanquiazul a favor.

El primer ‘episodio’ de la precampaña tiene a un matrimonio como protagonista, Alberto y Esther. Se casaron hace varias semanas con la especial sorpresa de que Alberto se enfundó en su momento más bonito la camiseta del Málaga.

La historia de amor de Esther (25) y Alberto (28) empieza hace 10 años en un barrio de Málaga, Miraflores de los Ángeles. Tuvieron que esperar a que Esther cumpliese los 18 para poder vivir juntos. El mismo día que Esther alcanza la mayoría de edad estrenan su nuevo hogar. Al principio fue complicado, tuvieron que remar contra corriente. Los vientos no eran favorables, la familia le veía muy jóvenes. Desafiando todo pronóstico, “ella estudió magisterio, se sacó su carrera viviendo conmigo”, nos cuenta Alberto.

Alberto confiesa ser “malaguista desde chico” a pesar de que nadie le inculcó el amor por el Málaga Club de Fútbol. En su casa son todos de otro equipo y, sin embargo, nuevamente contra viento y marea, él se enamoró sin remedio del club blanquiazul. En el curso 2001/02 ve el primer partido del Málaga CF en La Rosaleda. Una victoria del Málaga frente al Alavés, con solo 10 años, en el que fue uno de los días más bonitos de su vida.

Aunque el mejor día de su vida llega hace algo más de dos años, cuando nace Alberto. “Fue muy buscado, queríamos tener un hijo”. En su familia, el sueldo que entra lo trae él, mientras ella estudia. En estos momentos se prepara las oposiciones de magisterio. Por este motivo, con la llegada del pequeño y el aumento de los gastos en casa, se ven obligados a dejar sus abonos en preferencia. Su economía no les permite seguir unidos al Club, “fue un momento muy difícil, pero ahí me prometí que el día en que Esther y yo nos casásemos, lo haría con la camiseta del Málaga”.

Alberto nos explica su historia de amor con Esther y con el Málaga. “Cuando elegí ser malaguista, fue para toda la vida. La sensación real que produce ser del Málaga no se puede describir, es alegría y orgullo cuando todo va bien. Es un cúmulo de sentimientos. Los momentos malos se llevan de un modo muy difícil. Cuando vi al Madrid celebrando su título en el campo del Málaga, sufrí, pero pensé que ya nos llegaría a nosotros… Sigo siendo del Málaga porque ese vínculo es para toda la vida. Estés en la categoría que estés… no lo puedes evitar. Aunque digas que ya no vas a ver más partidos, llega la hora y estás ahí. Nervioso porque empiece”.

Los mismos nervios que le acompañaron el día de su boda. Alberto cumplió su promesa, se casó con la camiseta de su Club. “Me casé con mis dos amores”, aunque Esther no quería. Pero la propia Esther sabe que hay sentimientos con los que es mejor no luchar ya que “cuando quieres a alguien le apoyas en sus decisiones, aunque a veces no las compartas”. Porque contra viento y marea, o bien apoyado por Esther y disfrutando de ese viento y marea a favor, Alberto se casó con su camiseta. Porque él es Viento y Marea.

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