Capitalizar la deuda y perjudicar a BlueBay
Share This Article
Apenas faltan unas semanas para que la Audiencia Provincial y sus señorías se pronuncien sobre el último recurso de Abdullah Bin Nasser Al Thani, el expresidente del Málaga CF, S.A.D. Un auto judicial desfavorable que le dará la razón a su ex socio Jamal Satli Iglesias, máximo responsable del grupo empresarial BlueBay, en la petición de su 49% del accionariado de NAS Spain.
El auto de la juez fue determinante e incluso recriminaba a los abogados del catarí por la instrumentalización de la justicia que según la magistrada habían realizado. Así, se determinó la ejecución provisional de la sentencia que sin embargo no activaron Jamal y sus letrados para respetar los tiempos de la justicia. NAS Spain, no es un ente caprichoso ni una estrella fugaz. Es la empresa propietaria del Málaga CF y la sociedad de gestión del club, cuyos derechos adjudicados pertenecen al grupo hotelero.
Tal es así, que días atrás y conocedor Gonzalo Hervás, director general de BlueBay, que solo un 8% de los recursos presentados ante ejecuciones provisionales de sentencias revocan las mismas, decidió acudir a la “teórica“ llamada de auxilio del administrador judicial, José María Muñoz. Sí, el gran gestor inapelable, pulcro y aseado, que recientemente aseguró a la LaLiga que con un adelanto de cinco millones de euros de los derechos televisivos, a devolver en cinco años, el ejercicio en curso estaría resuelto para los malaguistas.
Lo mismo aseguró a los accionistas del club para que éstos se despertasen con una nueva petición de préstamo, ahora de 8,6 millones, a entidades bancarias, fondos de inversión o empresas. En ningún caso, presentando las cuentas ni explicando esta gravísima desviación presupuestaria.
BlueBay se ofreció a la jueza responsable de la administración judicial del club mediante un escrito duro y contundente por la gestión, ¿perdón he escrito gestión?, por las ignominiosas actuaciones de Muñoz y su falta de transparencia desde que llegó al club. De forma muy especial con el futuro máximo accionista de la entidad costasoleña, al que ni se dirige ni informa de cuestión alguna lamentable y sospechosamente desde que llegó.
Pese a todo Jamal Satli Iglesias se ofreció a depositar ese dinero y a canjear la cantidad prestada por acciones del club en caso de que no pudiese ser devuelto, al tiempo que con ello se comprometía a completar la posterior ampliación de capital necesaria para el club.
Sin embargo, creo que hemos creado un monstruo egocéntrico y soberbio en sus decisiones. Lejos de responderles al ofrecimiento, jueza y administrador han seguido adelante tratando de introducir un Caballo de Troya, ellos sabrán cuáles son los intereses que les desembocan en esta solución, como nuevo y presumible máximo accionista de la entidad costasoleña
Lo digo como lo siento, porque si con el tiempo el préstamo se capitaliza en acciones y los peritos bajan el valor de las mismas, esto convertiría al nuevo inversor en principal accionista con lo que un futuro cercano serían los que puedan adquirir más acciones en una ampliación de capital. En definitiva, un golpe de estado económico sin precedentes, que ríanse ustedes del Caso Rumasa cuando se produjo en los años ochenta.
Es más, concedido previamente al Concurso de marras, pues resulta obvio que si convocas un concurso de este tipo un viernes al mediodía, con sólo medio día lectivo y un fin de semana de por medio, ya tienes al socio inversor desde hace semanas. Se perjudica y lesiona de este modo a los actuales accionistas del Málaga CF, S.A.D., puesto que el valor de sus acciones, nominal y de mercado, descenderán ostensiblemente en favor del nuevo inversor colado por la gatera y José María Muñoz lo sabe muy bien.
Da la impresión que con este golpe de estado económico, el único que se beneficia es el administrador judicial José María Muñoz y aquellos malagueños que jalean esta absurda e innecesaria operación económica de endeudamiento de la sociedad. Sobre todo cuando uno de los socios se ha ofrecido a cubrir esa necesidad sin endeudar más al Málaga CF, no hay prisa como ya he explicado, salvo intereses espurios de un tercero que actúa de forma inexorable y en beneficio propio.
Castiga a BlueBay, que a buen seguro se defenderá en los juzgados y complicará la viabilidad futura del club sin que nada de todo esto beneficie a la entidad malaguista. El tiempo juzgará a los accionistas malagueños de nacimiento o adopción que comparten esta tropelía del personaje que por desgracia rige casual y temporalmente la entidad costasoleña.
Los mismos accionistas que no estuvieron al lado de Fernando Sanz cuando fue necesario y le forzaron con su indolencia a vender el club al impresentable de Al Thani.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.