CONTRACRÓNICA: el espíritu del Garrucha pero con Lewandowski

El 7 de mayo de 1995 el Málaga CF, todavía en ciernes, le metió un 14-0 al Garrucha Peña Deportiva. El cuadro almeriense jugó en La Rosaleda con cuatro profesionales y un grupo de juveniles y cadetes. Aquella tarde, en el grupo IX de la Tercera, acudieron al templo de Martiricos unos 5.000 espectadores. Cuando fueron pasando los años, esa cifra creció. Toda Málaga había estado en el estadio aquel. Pareciera que no eras malaguista puro si no estuviste viendo aquella paliza al pobre Garrucha. Este domingo, unos 3.000 malaguistas acudieron a Linares y yo tengo la sensación de que cuando pasen los años, serán 10.000. Todo el mundo querrá presumir de que estuvo aquella jornada en Linarejos.

Porque el hermanamiento fue total. Ayudaba la hora, el día, los populares precios de las tapas linarenses y por supuesto la voluntad. Porque hay que decirlo, el Linares Deportivo ha sido un señor equipo y la afición del Málaga ha estado a la altura de la cita. Ramo de flores, aplausos a Fran Carles y una convivencia de 10 sin que ningún idiota rompiera el buen rollo que se respiraba en el aire. Sobrealiente para todos de corazón.

En el Garrucha 2.0 del Málaga apareció Roberto Lewandowski. No es polaco sino pontano. No lleva el 9, juega con el 19. No es del Barcelona, es del Málaga. La cosa es que se le caen los goles de los bolsillos y que con un poco más de suerte sería el pichichi del grupo II de la Primera RFEF. Sí, hablo de Roberto Fernández. El delantero blanquiazul mojó en Castellón, pero se lo anularon, metió contra el Atlético B y el Baleares y estrelló dos balones en la madera ante el filial del Granada. Súmenle el tanto de Linares y la cuenta estaría en 5-6 goles fácil.

Ahora sí. La victoria en un campo tan complicado sitúa al Málaga en el punto de mira de todos. Ya no es un posible candidato a subir, es un favorito con todas sus letras. Queda mucho curso, pero la media de cuatro victorias cada cinco partidos sale a renta para pensar hasta en el ascenso directo. El Málaga, Garrucha, Roberto Lewandowski y una fiesta de esas que tardan en olvidarse. Seremos todos un poquito más viejos y diremos: “sí, hijo/a mío/a yo estuve en Linares aquella tarde”.

Foto: Javi Muñoz